El modelo de “usar sin poseer” ya no es una utopía de la economía circular, sino una tendencia que gana adeptos en el mundo de la moda. Desde los tenis para running hechos con semillas de ricino hasta los bolsos de lujo que se devuelven tras una cena especial, el consumo por suscripción está transformando la forma en que vestimos.
 La marca suiza On, una de las firmas de deporte más reconocidas del momento, fue pionera con su programa Cyclon, un sistema que invita a correr —literalmente— dentro de un ciclo sostenible.
      Correr dentro del ciclo 
  Cyclon es un modelo de zapatillas por suscripción. En lugar de comprarlas, los usuarios pagan alrededor de 30 dólares al mes para recibir un par de tenis fabricados con materiales completamente reciclables. Cuando las suelas se desgastan, se devuelven a la compañía, que las recicla al 100% y envía un par nuevo.
 Así, el cliente nunca se queda sin calzado, y la empresa transforma un producto físico en un ingreso recurrente y en una poderosa fuente de datos: sabe cuánto corres, cuánto duran tus zapatillas y cuándo necesitas renovarlas.
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 El material base de las Cyclon proviene del aceite de ricino, una planta que reemplaza los derivados del petróleo en la producción de polímeros. La estructura es ultraligera, resistente y biodegradable. Además, On mantiene un control total sobre el ciclo de vida del producto: cada par devuelto es procesado y convertido en materia prima para el siguiente.
      El resultado es un modelo que combina rendimiento, sostenibilidad y diseño. Las Cyclon incluyen la tecnología CloudTec, reconocida por su amortiguación reactiva, y mantienen el sello estético minimalista de la marca. Pero lo más innovador no está en el diseño, sino en el contrato invisible con el usuario: una relación de uso, no de propiedad.
    Lujo efímero y experiencias alquiladas 
  Si On aplicó el modelo circular al running, otras marcas lo están haciendo con la moda de lujo. En España, Efímero Club permite disfrutar de un bolso Prada, Saint Laurent o Louis Vuitton sin necesidad de comprarlo.
 Por 69 euros al mes, las usuarias acumulan créditos que pueden canjear por sus modelos favoritos, con envío a domicilio y devolución incluida. La idea es clara: más que poseer, se trata de vivir la experiencia de llevar una pieza exclusiva por un tiempo limitado.
        En la misma línea están Borow, especializada en vestidos de alta costura, y Rrrent, que ofrece ropa de diseñadores como Jacquemus o Paco Rabanne. Ambas funcionan por períodos de suscripción de entre cuatro y diez días, y en el caso de Rrrent incluso se puede comprar la prenda después del alquiler si así el cliente lo desea. 
 Estas plataformas reflejan el giro cultural hacia un consumo consciente, donde la elegancia también pasa por no acumular.
     Ropa infantil circular 
  El modelo por suscripción también está ganando espacio en el universo infantil. A fin de cuentas, los niños crecen más rápido de lo que dura una temporada, y las familias gastan una buena parte de su presupuesto en ropa que apenas se usa.
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 Empresas como Lapona han creado sistemas que resuelven este dilema con una fórmula de economía circular: por una tarifa mensual, los padres reciben conjuntos de ropa de alta calidad para bebés y niños de hasta dos años, y al mes siguiente los devuelven para recibir otros nuevos. Así, se reduce el desperdicio textil y el gasto familiar.
 La plataforma Percentil, pionera en la reventa y reutilización de ropa infantil, también promueve la moda sostenible al dar una segunda vida a prendas en perfecto estado de marcas como Benetton o Polo Ralph Lauren.
     Por su parte, Copito se ha convertido en un referente de ropa vintage para niños y adultos, con prendas teñidas con pigmentos naturales y un estilo de vida que abraza el zero waste.
    La suscripción, ¿un nuevo lujo? 
  De los tenis reciclables al vestido alquilado o al body de bebé reutilizado, la suscripción se consolida como un símbolo de modernidad y sostenibilidad. Lo que antes se asociaba con la necesidad —alquilar en lugar de comprar— hoy se percibe como una decisión inteligente y alineada con los valores de las nuevas generaciones: cuidar el planeta, ahorrar espacio y pagar solo por lo que realmente se usa.