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Miles de gritos agudos, que parecían convertirse en uno solo, se desataron con potencia cuando Sebastián Yatra subió al escenario este domingo en La Macarena. Los niños se miraban entre ellos, sin saber si lo que vivían era real o producto de un sueño. Saltaban de la emoción, para muchos era su primer encuentro con la música de esta forma, un concierto en vivo; materializando al artista que le da voz a sus canciones favoritas.
A diferencia de tantos otros espectáculos, donde los adultos de más baja estatura deben hacer esfuerzos para ver mejor, esta vez hasta los más bajos eran gigantes entre un público atiborrado de niños.
Como era un family show (un espectáculo abierto a todas las edades), el trabajo duro les tocó a los adultos. Papás, mamás, tíos, hermanos y hasta abuelos tuvieron esa tarea de subir a los niños en hombros para estar unos centímetros más cerca de su ídolo. Yatra empezó bailando al ritmo de Sutra y Por Perro sobre el escenario con agilidad mientras saludaba a su multitudinario público devoto.
Fieles fanáticos
Mucho antes de la llegada del cantante antioqueño, que hace poco cumplió 25 años, los niños y sus familias hicieron fila desde algunas horas antes de que se abrieran las puertas. Combos de amigas del colegio se reunieron para repasar una y otra vez algunas de las canciones de su artista favorito y sostenían en la mano, con fuerza, los carteles impresos que llevaban el rostro del músico. Otros esperaban con ansias después de un largo viaje.
Le sucedió a Sara García, de 16 años, quien vino desde Cali acompañada por su hermana mayor solo para ver a Yatra. Sus canciones favoritas son Cristina y No Hay Nadie Más. “Me encanta desde la manera que canta hasta como trata a las personas, a sus fans”, contó.
Camila Restrepo, que no ha cumplido ni diez años, asistió con su mamá, Carolina, a su primer concierto. Runaway es su favorita y su mamá también se goza esos temas. “Me parece súper bonito que piensen en la familia y los niños”, dijo la madre. “Me encanta de Yatra que es muy humano”.
Algunas familias vinieron uniformadas y hasta los más grandes vistieron una camiseta con la foto del paisa. Niños y niñas sostenían en alto bombas en forma de corazón y recitaban las letras de memoria y bailaban, mientras algunos papás enfocaban sus celulares en capturar el canto de sus pequeños más que el del artista.
Fue un concierto redondo, con reguetón, balada, la aparición de invitados especiales como Carlos Vives y Tini, la novia del cantante, y hasta la intervención de un coro de gospel en Devuélveme el Corazón. Pero la mejor parte fue, indudablemente, la respuesta de la audiencia más honesta, la infantil, que respondió cantando a todo pulmón hasta el último tema