Cuando John Gómez Restrepo fundó Familia en 1958, en ese entonces bajo el nombre de Scoot de Colombia, tenía el sueño de que su empresa se convirtiera en una compañía global. Esa ambición se hizo en realidad en 2021 cuando la multinacional sueca Essity adquirió la firma paisa.
La historia de Familia comenzó en la década del 50, cuando Gómez importaba desde Estados Unidos cajas que contenían 100 rollos de papel higiénico para venderlos puerta a puerta en las casas de Medellín. En la capital antioqueña no había cómo fabricar ese producto, por lo que Gómez invitó a su socio Mario Uribe a viajar a Pensilvania, Estados Unidos, para tocar otra puerta, pero internacional: la de Scoot Paper Company.
A esa compañía le propusieron expandirse en Colombia, con lo que nació una empresa binacional que les dio a los paisas la robustez necesaria para fabricar derivados del papel en su primera planta ubicada al sur del Valle de Aburrá. Así, en 1958, nació oficialmente el proyecto con una inversión inicial de $700.000, dinero que alcanzó para comprar la primera cortadora de papel y dos molinos.
Todo comenzó en la planta de Medellín ubicada entre la Autopista Sur y el barrio Guayabal. Esa era el único centro de operaciones y desde allí fabricaban el papel que enviaban a toda Antioquia y al resto del país. Era un trabajo manual empaquetando servilletas y rollos de papel higiénico, los productos básicos, con empleados que marcaban tarjeta y llevaban el inventario de la producción escribiendo a lápiz en una libreta.

Luis Fernando Tamayo es uno de los colaboradores que le dio vida a esa planta. Llegó a esa Familia en julio de 1995 para trabajar en servicios generales y ahora, 27 años después, es un team leader. “La compañía se fue abriendo desde un pequeño público que hoy en día es gigante”, cuenta Tamayo.
Precisamente, fue en ese lapso que 90 efectuaron las primeras exportaciones con envíos a Chile, Perú, Puerto Rico y República Dominicana hasta que llegó la década del 2000 que quedó enmarcada como la gran fase de expansión con fusiones y adquisiciones de empresas cercanas en Perú y República Dominicana. Fue tal el desarrollo que pasaron de tener solo una planta a contar con cuatro en Colombia y otras cuatro más por Latinoamérica.
Las cifras dan cuenta del crecimiento de ese titán: 4.826 empleados en ocho países desde los que lideran la operación comercial para 16 naciones. Tamayo arribó a Familia antes de la expansión, cuando todas las oficinas estaban en un mismo piso y no había ni computadores. Es tal el cambio que ahora toda la producción está tecnificada y pasó de ser un proyecto familiar a convertirse en el brazo de una multinacional, pues el 95,8% de las acciones del Grupo son propiedad de la sueca Essity.
Esa transformación de la empresa, dice su presidente Andrés F. Gómez, ha sido posible gracias a la innovación y a los pilares de desarrollo continuo de nuevos modelos de trabajo, la búsqueda constante de la sostenibilidad y las conexiones con el entorno. Un entorno que creció desde Medellín hasta transformarse en un gigante latinoamericano .