En el parque principal de Santo Domingo, Luis Alberto García saluda a todos los que pasan. Un par de señoras se le acercan para contarle sus necesidades y él escucha con paciencia, intercambia unas palabras y sigue la conversación con calma. Su tono es cercano, tiene la facilidad de quien ha hecho de la empatía y el servicio una forma de vida. En el municipio todos saben que es comerciante, pero sobre todo lo reconocen como el hombre que se puso al frente de los paneleros para darles voz, unirlos y abrirles caminos.
En marzo de 2020, cuando el mundo apenas comenzaba a detenerse por la pandemia, Luis Alberto decidió impulsar la creación de la Asociación de Paneleros de Santo Domingo. El reto no era menor, existían antecedentes de intentos fallidos que habían dejado desconfianza, pero él logró convocar a los dueños de trapiches y convencerlos de que unidos podían alcanzar mejores oportunidades. Ese día se conformó la asociación con 54 máquinas paneleras que hoy benefician a más de 1.150 familias en el municipio.
Desde entonces, su liderazgo ha estado marcado por la gestión constante. Han conseguido recursos para mejorar instalaciones, modernizar hornos y adecuar entables en acero inoxidable, cumpliendo con las normas de inocuidad y elevando la calidad del producto. Bajo la marca Tomás Carrasquilla, la panela de Santo Domingo comienza a proyectarse hacia nuevos mercados. “No podemos dejar perder lo que representa este producto para el municipio. La panela es nuestra identidad y tiene futuro si la trabajamos con calidad y organización”, afirma Luis Alberto.