El fútbol internacional permanece en vilo por el estado de salud del exarquero Miguel Calero Rodríguez, quien está recluido en una clínica de Ciudad de México, donde fue operado tras sufrir una trombosis cerebral de la arteria carótida interna del lado derecho.
Los especialistas que le iniciaron el tratamiento a las 7:00 p.m. del domingo tras la enfermedad que se presentó a las 4:30 p.m. en Pachuca y de donde fue trasladado en helicóptero, manifestaron que lograron abrir la arteria, pero que no tenían certeza del tiempo que esta estuvo ocluida. Se espera la reacción del paciente en 48 horas.
"El objetivo más importante que era restablecer el flujo de la arteria se logró y simplemente vamos a ver el resultado benéfico que pudo haber tenido esta recanalización. No podemos decir nada más en cuestión de predicción", agregó el especialista Édgar Nathal, del Médica Sur.
El Colombiano habló con el neurocirujano Ignacio González, quien aseguró que la trombosis de la arteria carótida es muy grave, "porque por lo general implica que la zona que esta irriga se queda sin oxígeno, entonces se muere ese fragmento de cerebro". Este profesional tuvo bajo su cuidado al profesor Luis Fernando Montoya durante el atentado que sufrió en 2005.
Sin embargo, aclaró que independiente de cómo haya sido la situación, "uno no puede hacer un diagnóstico certero de las secuelas que vayan a quedar hasta después de 15 días".
González explicó que cuando una persona sufre una trombosis de carótida el tiempo que tienen los médicos para actuar es muy corto, máximo seis horas. "La intervención hay que hacerla rápido, ojalá en las primeras cuatro horas para evitar que el daño sea irreparable, como sucedió con el vicepresidente Angelino Garzón, quien fue atendido a tiempo.
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