Sobre una mujer menuda, pero con gran fortaleza, recayó la responsabilidad de poner la cara para atender a los damnificados del invierno y de la avalancha del volcán nevado del Huila.
Luz Amanda Pulido, directora Nacional de Atención y Prevención de Desastres, no quiso llegar con promesas porque buena parte de su discurso se fundamenta en la necesidad de que la comunidad se organice, se capacite y sea responsable de su seguridad. En gran medida se logró gracias al apoyo de las Ong internacionales.
También le ha venido insistiendo a los alcaldes en la importancia de hacer cumplir los planes de ordenamiento territorial (POT), que son la pieza clave para determinar e intervenir las áreas de emergencia.
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