Son un elemento de paso, una parte importante de la decoración que no se cambia ni se transforma tan fácilmente.
De madera, lacadas, mates o brillantes, en acero, aluminio o vidrio, abatibles, con o sin tiradores, según lo que mejor convenga en cada caso, pero siempre teniendo presente, no solo la estética, sino también la funcionalidad. En el diseño mundial hay grandes avances y novedosas puertas invisibles y decoradas.
Aura constituye una nueva etapa en la que las puertas pasan a ser invisibles al fundirse con la pared. Se trata de una superficie de cristal lacado, que se confunde con las paredes, y que cuenta con un perfil de aluminio de espesor mínimo. Dispone de apertura en ambos sentidos y de un sistema de cierre magnético completamente invisible, lo que permite que no se utilice la cerradura tradicional. Su manilla es una pieza de cristal lacado del mismo color de la hoja.
La firma RasoParete apuesta por puertas integradas, tanto en decoraciones clásicas como en paredes, con estructura más actual.
Ester Gómez , directora del departamento de comunicación de Madysa, distribuidora de esta firma italiana, señala que su objetivo es la “integración de una puerta en una pared decorada. La puerta delimita un espacio público de uso privado y su poca visibilidad contribuye a preservar esta privacidad”.
Y apunta que, lo que de verdad se pretende, es crear “un ambiente minimalista en el que la puerta no funcione como elemento de distorsión del ambiente”, por lo que se busca una solución estética para todo tipo de lugares y espacios.
Esta puerta no lleva columnas en ninguno de los dos lados de la pared y queda perfectamente alisada por uno de los lados. Un ajuste perfecto para dividir espacios.
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