Ayer no sólo fue un día nefasto para Alemania en el tema deportivo por la derrota en la Eurocopa. También lo fue a nivel diplomático, pues las propuestas austeras lideradas por Angela Merkel para que la región salga de la crisis se quedaron solas en la Cumbre de los veintisiete que hoy culmina en Bruselas, Bélgica.
Sobre la mesa quedó definida la prioridad de la región: salvar a toda costa a España y a Italia, naciones con niveles de deuda insostenibles que ocupan el primer lugar en la lista de espera por ayuda económica.
Bajo esa premisa, Holanda y Finlandia dejaron de apoyar a Alemania en su propuesta radical de austeridad y, en cambio, propusieron estrategias viables a los españoles e italianos.
El primer ministro holandés, Marc Rutte , dijo que la zona euro, en vez de inventarse nuevos mecanismos para resolver el problema del mercado, puede usar herramientas existentes. Rechazó de manera tajante la demanda de la canciller alemana, Angela Merkel , de transferir más soberanía sobre los presupuestos nacionales y las políticas económicas a las instituciones de la UE.
España e Italia, los temas
La Cumbre también pronosticó una emergencia financiera inminente en España e Italia. La prima de riesgo del primero se trepó ayer en 542 puntos y su bono a diez años se ubicó cerca del 7 por ciento, "umbrales que en otras ocasiones ha significado un rescate", según Humberto Montero , editor económico del diario La Razón de España.
Por eso, haciendo caso omiso a la propuesta alemana, los veintisiete discuten la posibilidad de que los fondos europeos de rescate compren deuda soberana en el mercado primario de aquellos países en problemas, siempre y cuando estén cumpliendo con sus compromisos de reforma, tal y como lo planteó el primer ministro italiano, Mario Monti.
"Parece ser que ayer el mandatario italiano le lanzó un ultimátum a la canciller alemana o afloja su postura o él arroja la toalla. Algo tienen que hacer y, por eso, se espera para mañana (hoy) una resolución en este sentido, que garantice la supervivencia de estos países", agregó Montero.
Fuentes españolas confirmaron a Efe que también se debate la posibilidad de recapitalizar de forma directa los bancos ibéricos; es decir, sin pasar por el Estado para que así se reduzca el impacto del préstamo en las cuentas públicas y la deuda soberana.
Otro gran asunto que la eurozona discute es la posibilidad de modificar las normas del fondo de rescate, de modo que no tenga categoría de acreedor preferente y ofrezca unas tasas de interés más suaves.
De hecho, este fondo es el encargado de canalizar el préstamo a España una vez entre en vigor, y tendrá preferencia para cobrar frente a otros acreedores, lo que plantea dudas a los inversores privados, algo peligroso para la sostenibilidad de la deuda soberana. Esto significa que en caso de un colapso de las finanzas españolas, los inversionistas perderían sus dineros porque responderán primero al fondo y luego a ellos, lo que los espantaría.
Petición ibérica
El mismo presidente español, Mariano Rajoy , se mostró confiado ayer en Bruselas en lograr un acuerdo porque "en estos momentos el precio del crédito a España es evidentemente muy caro y yo creo que la Unión Europea y la Unión Económica y Monetaria tienen que ser conscientes de que esto es así, por lo que alguna decisión habrá que adoptar".
La propuesta de Finlandia está dirigida en este sentido a los países presionados a que emitan bonos de deuda garantizada, respaldados por bienes del Gobierno o por determinados ingresos fiscales, algo contrario a las políticas alemanas.
De todas formas, hoy se espera que en el acuerdo final queden consignadas las ayudas a los países endeudados y de ello, estarán pendientes los mercados.
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