El vicepresidente Angelino Garzón sigue siendo una rueda suelta en el gobierno de Juan Manuel Santos, que va en contravía de las políticas que se fijan en la Casa Nariño y agita la relación con los bancos.
Mientras que el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, intenta convencer a los bancos de que sigan prestando barato para que la clase media compre vivienda nueva, Garzón intenta perder el terreno abonado acusándolos de especuladores
El Vicepresidente convocó el pasado jueves a que se forme un “gran movimiento nacional exigiendo a los bancos no más especulación y que entiendan que a la gente pobre y trabajadora hay que beneficiarla”.
Agregó que “llegó la hora de decirle a los bancos no más ganancias a costa de la población. Somos gobernantes no para diagnosticar problemas, sino para resolverlos”. Esto lo dijo a la luz del rechazo de la financiación ‘gota a gota’, sobre el cual sostuvo que es un negocio inescrupuloso, al que están expuestos los pequeños empresarios (a la luz del foro ‘No al contrabando chino' en el que dio estas declaraciones).
Esa no ha sido la única frase polémica de Garzón. Al principio de esta semana le pidió a los extranjeros no meterse en sitios donde sean afectados por la violencia. El funcionario no especificó los lugares pero tampoco vendió un país seguro, uno de los propósitos del Gobierno.
“Yo como Vicepresidente de la República cuando visito cualquier lugar del país tengo que entender que en algunos sitios no me debo meter porque puedo resultar afectado por la violencia”.
Un duro mensaje también le mandó al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas en un encuentro del Diálogo Social en Salud, un evento en Armenia que reunió a 500 empresarios. “Que se baje del pedestal el ministro de Hacienda y se unte un poco más de pueblo”.
Inclusive ha tenido frases fuertes para el propio presidente, Juan Manuel Santos, “No me eligieron Vicepresidente para decirle al Presidente lo que sus castos oídos quieren escuchar”. El funcionario quería recomendar que así como se estaban buscando diálogos con las Farc en 2012, también se hiciera con la Marcha Patriótica y buscar una reconciliación con Álvaro Uribe.
O cuando calificó de miserables a los empresarios por una propuesta de 3,5% para el reajuste del salario mínimo en el 2013. Según el vicepresidente Garzón les iba mejor a quienes pedían una limosna que a los mismos trabajadores.
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