Por fin comenzó este año. Tres campañas electorales, ley de garantías, mundial de fútbol, tiñeron de incertidumbres el primer semestre. Todo podía suceder y todo estaba en suspenso, la vida colgaba de un cabello como la espada de Damocles, el inmediato futuro era camino que se bifurca.
Hoy se sabe a qué atenerse, quienes lloraron han hecho duelos instantáneos, los campeones ven marchitar sus laureles, compuertas de ambición se abren de nuevo. Este julio de cornetas con revoluciones de guillotina, guerras de independencia y remate de vacaciones estudiantiles, sacude el marasmo de modo que la población regresa a la rueda de los días con equipaje sensorial inusitado.
Contabilidades, congestionadas de partidas sin ejecutar, exigen doble velocidad para que los presupuestos no se desperdicien alcantarillas abajo. Televisores, ahítos de jugadas innumerables veces repetidas y pausadas, piden tregua porque cualquier cerebro estalla ante tamaña redundancia.
2014 aguardó raquítico durante su primera mitad, con esperanza de reivindicarse a partir de ahora. Los teléfonos comenzarán a sonar, no para intrigas comiciales ni para convites con cerveza y disfraz, sino en procura de cerebros y brazos que edifiquen.
El segundo semestre será de cinco meses, cuatro festivos, tres puntos en La Habana, dos papas como nunca vivos y un centenario prolongado de guerra mundial entre trincheras. Volará, pues la Navidad va a comenzar la noche de brujas, viernes con puente de muertos.
Así las cosas, estamos en vísperas de despachar el tercer lustro del XXI, y este milenio se hizo adolescente. Es mucha gracia haber sobrevivido al XX, cuando se inventó la escala industrial para la muerte asesinada y cuando se pensó que este globo en que flotamos iría a llegar a su fin con pasajeros.
La tregua que termina esta semana sirvió por lo menos para hacer estas cuentas con el tiempo. Quién quita que este año, que está siendo medio año, haya resuelto marcar un antes y un después, con su cúmulo de dilemas y su letargo deportivo.
Sea lo que sea, en esta bisagra del calendario vale la pena estacionar el bólido de la duración para dar una ojeada reflexiva. Ajustar cargas, masajear extremidades, sorber aire recién lavado por garúa y emprender marcha hacia la otra mitad del medio ambiente.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
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