Gaudí fue criticado e incomprendido en ese tiempo por su estilo novedoso y excéntrico. El arquitecto inglés Thomas G. Jackson decía que estaba "encaprichado con el encanto de lo pintoresco, hasta el extremo de lo absurdo" y el mismo Don Miguel de Unamuno describió su arquitectura como "Arte borracho". Para rematarlo el escritor inglés George Orwell escribe en su "Oda a Cataluña" sobre la Catedral de la Sagrada Familia: "Opino que los Anarquistas hicieron gala de su mal gusto al no volarla por los aires cuando tuvieron la oportunidad". Pero el arquitecto Louis Sullivan dice: "Es la mayor muestra de creación arquitectónica de los últimos años. Es espíritu, simbolizado en piedra".
Gaudí es un artista totalmente integral, pues no solo diseñaba el edificio sino también los muebles, con lo cual lograba un todo completamente armónico en su obra.
Sus formas están basadas en la naturaleza, son totalmente orgánicas con criterio exuberante y exótico para su época.
Sus sillas son esculturas ergonómicas talladas en madera. Con los muebles diseñados para las casas Calvet 1902 y Batlló 1904, en Barcelona, se complementa la arquitectura de las obras donde no hay ni una sola línea recta: techos y paredes se funden en delicadas curvaturas, los dinteles de las puertas y ventanas se doblegan en una curva sinuosa que recorre todo el edificio, creando la atmósfera que quiso lograr Gaudí, lo cual sin el diseño de los muebles hubiese sido imposible. Por eso es tan importante la relación arquitectura - mobiliario.
De roble macizo tallado a gubia hizo fabricar la silla con brazos, el butaco triangular, la silla sin brazos para el comedor de la casa con respaldo de orejas, para moverla fácilmente, y el sofá doble con una forma muy simpática, donde las dos personas que se sientan mira cada una para un lado diferente. Actualmente, estos muebles se encuentran en la casa museo del Parque Guell.
*Arquitecto de la UPB, diseñador industrial con master en Diseño y Tecnología de Muebles, en Inglaterra
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