En un hospital de Madrid está recluido desde comienzos de esta semana Robinson Héctor Grajales, de 32 años.
Es colombiano y llegó al centro clínico con quemaduras de segundo grado en sus manos, cara y piernas, en lo que parece ser un alevoso ataque de xenofobia de un grupo de personas que le prendió fuego.
Robinson reside en España y ahora se encuentra, según sus familiares, en un coma inducido por la gravedad de las heridas.
Basta ya de que los inmigrantes sean sujetos de ataque de los intolerantes que piensan que ellos no tienen espacio en su país y recurren a la violencia irracional para hacerles notar su antipatía.
Ojalá las autoridades españolas actúen con celeridad y encuentren a los responsables.
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