Las bibliotecas en las instituciones educativas siguen vigentes. Pese a que la internet se ha llevado parte de sus visitantes, estos espacios culturales de los colegios y la ciudad se han transformado en lugares que atraen con diferentes actividades culturales y herramientas tecnológicas a los nativos digitales y a las personas que ven con nostalgia el uso de los libros de papel, pero que identifican en los libros electrónicos un potencial.
Por ejemplo, Adriana Sánchez, bibliotecóloga encargada de la biblioteca del Colegio Marymount, indicó que este espacio no es ningún depósito de libros que se empolvan con el paso del tiempo.
Al contrario, los textos siguen apoyando los trabajos de estudiantiles, pues no todo se encuentra en la red.
"Aquí se buscan libros específicos para los temas académicos, datos que en internet tal vez sean más difíciles de encontrar. Igualmente, hacemos uso de las nuevas tecnologías tanto en software como hardware para apoyar el trabajo de los textos", indicó.
Un aspecto relevante de la biblioteca en un colegio es que ella no compite con la red, sino que agrega aquellos elementos y dispositivos de lectura diferentes que hacen que el ambiente en aquel lugar siga siendo el preferido para estudiar (ver gráfico).
"De igual manera, los estudiantes han comprendido que si bien no es la biblioteca tradicional, se debe ser respetuoso con la gente que se encuentre allí en el momento y guardar silencio en las actividades que así lo requieran", explicó Connie González, bibliotecóloga del The Columbus School.
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