Entre reelegir o no al presidente indígena Evo Morales, Bolivia decidirá este domingo no sólo sobre su liderazgo, el más fuerte surgido en medio siglo, sino también sobre el futuro de un proceso de "cambio" que podría marcar su destino en las próximas décadas.
Morales emergió hace cuatro años con una abrumadora victoria electoral que puso fin a un ciclo de inestabilidad, incluidos cinco presidentes en los cinco años precedentes, y parece encaminado a convertirse en el primer gobernante que sirve dos mandatos sucesivos desde el retorno de la democracia en 1982.
La sola permanencia del líder cocalero en el Gobierno por cuatro años, nueve si es reelegido, es ya el primer gran cambio.
En casi dos siglos de historia republicana, la inestable política boliviana ha incubado más dictadores que elecciones, sin resolver la crónica pobreza de mayorías indígenas y mestizas.
¿Qué está en juego en política?
La consolidación de la "refundación" emprendida por Morales supondrá la aplicación plena de una Constitución
"plurinacional" estrenada en febrero pasado, que da un poder político sin precedentes a los pueblos indígenas originarios, con presencia garantizada en los poderes legislativo, judicial y electoral.
La nueva Constitución reconoce autonomías en los nueve departamentos, en provincias y comunidades indígenas.
En tres sucesivos referendos a lo largo del primer período de Morales, la derecha no ha logrado frenar el "empoderamiento" izquierdista indígena ni la ampliación de las autonomías.
¿Qué se decide en lo económico?
Estatización versus economía de mercado. Morales ha desmantelado ya casi totalmente el modelo neoliberal bajo el cual en las dos décadas pasadas se habían privatizado empresas estatales de petróleo, minería, electricidad,
telecomunicaciones, ferrocarriles, aviación y otras.
Las empresas nacionalizadas o recuperadas y otras en proceso de formación son base de un naciente proceso de industrialización que tiene al Estado como protagonista y a los privados, nacionales o extranjeros, sólo como socios.
La oposición reclama un papel más destacado de la empresa privada.
¿Habría cambios en energía?
El Gobierno de Morales confirmó ambiciosos proyectos para aumentar significativamente la producción de gas natural a corto plazo, para mantener el bombeo a Brasil y elevar la provisión a Argentina. Apura también planes de fortalecimiento de la minería estatal y la explotación e industrialización de la mayor reserva mundial de litio, en el salar de Uyuni, además de megaproyectos eléctricos con miras a la exportación.
La oposición no cuestiona esos proyectos, pero duda de la capacidad de las empresas públicas encargadas.
¿Qué se debate en lo social?
La continuidad de una cadena de bonos para ancianos, madres y estudiantes, creados por Morales con los recursos
provenientes de la nacionalización petrolera del 2006. La oposición duda de la sostenibilidad de esos bonos.
¿Meta electoral de Evo Morales?
Confiado en su reelección, Morales pretende dos tercios en las dos cámaras legislativas. Con mayoría simple podría aprobar cuanta ley se proponga, pero tendría dificultades para encaminar la elección por voto popular de los nuevos miembros de los tribunales nacionales de justicia y del poder electoral.
Los dos tercios le servirían además para una reforma constitucional.
¿Y la oposición?
Llevar la definición presidencial a una segunda vuelta e impedir que Morales gane el control del legislativo. En el período que está por concluir, la oposición utilizó su mayoría en el Senado para bloquear decenas de leyes propuestas por el presidente indígena y forzar negociaciones sobre el cambio constitucional y el proceso electoral.
¿Seguirá el distanciamiento con Estados Unidos?
La campaña electoral ha interrumpido un diálogo entre La Paz y Washington sobre una normalización de sus relaciones, en crisis por el duro discurso de Morales contra la supuesta "injerencia imperialista", la expulsión mutua de embajadores en el 2008, la suspensión de la cooperación antinarcóticos y la exclusión de Bolivia de un régimen de preferencias
arancelarias. Candidatos opositores han prometido acercarse a Estados Unidos en busca de la renovación de facilidades comerciales.
¿Y Venezuela e Irán?
Todo parece indicar que Morales permanecerá en el grupo más radical de la izquierda latinoamericana, fortaleciendo aún más sus lazos con aliados externos "antimperialistas" como los gobiernos de Venezuela, Cuba e Irán. La oposición critica con frecuencia la "intromisión directa" del venezolano Hugo Chávez en el Gobierno boliviano y hasta lo ha convertido en tema de campaña.
¿Y los vecinos?
A la par de Chávez, Morales propugna un fuerte papel político de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) frente a los países más desarrollados y busca en la alianza izquierdista regional Alba el apoyo político y los mercados perdidos en Estados Unidos. En la Comunidad Andina, el indígena mantiene a Bolivia fuera de una negociación comercial con la Unión Europea.
La oposición considera a la Unasur y al Alba como instrumentos de Chávez y propone negociar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea al margen del grupo andino.
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