El Maestro Fernando Botero vive los días más felices con ocasión de la celebración de sus 80 años.
En el Palacio de Bellas Artes de México se presenta la muestra Fernando Botero: una celebración , la retrospectiva más grande que se haya hecho de su obra.
En Medellín, la ciudad donde nació el 19 de abril de 1932, se inaugura el Martes Santo la exposición Viacrucis: La pasión de Cristo . Su más reciente creación y que por primera vez se presenta en el país.
Sus obras se exhiben por estos días, de manera simultánea, en varias ciudades que han marcado sus 65 años de carrera como pintor y escultor.
En Pietrasanta, donde tiene su taller, se le rendirá un homenaje en su cumpleaños.
Fernando Botero es el artista colombiano vivo más famoso y admirado. Un orgullo nacional y un ícono del arte latinoamericano y mundial.
Su mensaje como artista pasó de lo local a lo universal por fuerza de un estilo propio basado en las figuras volumétricas de enorme sensualidad.
Pese a que de manera coloquial y afectiva sus obras se conocen como "las gordas de Botero", el propio artista sostiene que nunca en su vida ha pintado "una gorda".
Su obsesión ha sido el volumen. Lo reiteró en la capital mexicana, donde exhibe 177 piezas pictóricas entre óleos y dibujos. Además de esculturas monumentales y en pequeño formato. La curaduría estuvo a cargo de su hija, Lina Botero.
"La generosidad y la abundancia están relacionadas con la sensualidad", ha dicho.
Una generosidad que ha sido también la característica principal de su vida. Generosidad con el arte en la multiplicidad de su obra y el sinnúmero de países donde ha sido apreciada. Y con el país, no solo al donar su colección privada a la capital, sino por dejar muy en alto el nombre de Colombia en todo el mundo.
Es un artista tan global que en su obra se lee la historia de la violencia en Colombia, la denuncia de los abusos en Abu Ghraib, en Irak, las escenas de un circo o la Pasión de Cristo.
El mayor gesto de altruismo ha sido con su ciudad. Su invaluable donación, hace más de una década, le cambió la cara a Medellín y generó un vínculo indisoluble. Fue un valioso regalo que exigió del alcalde de ese entonces, Juan Gómez Martínez, decisiones audaces que valoraron la trascendencia de este legado, que fue tutelado por el Museo de Antioquia.
Este deseo de compartir no cesa ni deja de concitar la emoción. Como la que sienten los habitantes de San Cristóbal ante la llegada mañana de "El Gato", una escultura de 1.050 kilos que el propio maestro Botero descubrirá a la entrada del parque biblioteca.
En reciente reportaje para EL COLOMBIANO, con ocasión del centenario de este diario, al que obsequió con una bella ilustración, recordó una frase de la complicidad de su mamá en sus inicios: "Se va a morir de hambre, pero si quiere ser pintor, sea pintor".
Y hoy, su arte es su vida.
En su cumpleaños, es él quien le da un regalo a su ciudad, donde exhibido en el Museo y en sus parques está el mayor testimonio de su éxito, pese a las "cornadas de hambre" que recibió antes de alcanzar la fama.
Felicitaciones Maestro Botero por su cumpleaños, y gracias por su obra que nos llena de orgullo y por el amor que le tiene a su ciudad a la que sus "gordas" le dieron nueva identidad.
Bienvenido a casa, Maestro.
Pico y Placa Medellín
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