Una verdadera lección de confianza, fe y mucha seguridad en lo que se tiene fue lo que dio el Deportivo Cali este domingo en el Pascual, con su dramática pero a la vez emocionante clasificación a los cuadrangulares.
No la tenía fácil el onceno azucarero. Además de tener que vencer a uno de sus grandes escollos como ha sido La Equidad, por encima suyo en la tabla estaban otros equipos incluso con mejores opciones de asegurar su tiquete para semifinales.
Pero el Cali no se amilanó ante semejante reto y apelando al orgullo, a su rica historia y al peso de su camiseta, salió decidido a hacer la tarea ante una escasísima clientela.
Porque al Pascual fueron muy pocos aficionados, aquellos que mantuvieron su fe intacta y decidieron acompañar a los azucareros en esta cita con lo que parecía un imposible: vencer, luego esperar otros resultados y después celebrar.
A los 17 minutos el camino se fue abriendo. Cristian Nazarit remató de zurda un centro de Jefferson Murillo, para el 1-0. 19 minutos después Álvaro Domínguez se apuntó con un golazo de tiro libre para el 2-0. Y a los 17 del complemento fue Jefferson Murillo quien cerró la cuenta luego de una impecable jugada entre Domínguez y Gustavo Biscayzacú.
La clasificación, con un 3-0 inapelable, le coqueteaba a un Cali crecido, ganancioso, ameno, contundente y vistoso en todas sus líneas. Era tal vez el mejor partido del equipo de Julio Comesaña este año. Para completar la fiesta azucarera, se daban otros resultados que favorecían enormemente los intereses caleños.
En medio de la algarabía hubo un momento de suspenso. En Cali ya había terminado el partido y en las otras plazas aún faltaban minutos, lo que pareció una eternidad para los jugadores azucareros, concentrados en un sector de la cancha, siguiendo por radio lo que sucedía con Junior, Chicó, Pasto y Patriotas, los otros protagonistas de esta película.
Al final no hubo susto. Todo fue alegría, abrazos y dedicatorias para esos pocos hinchas que, como los jugadores del Cali, llegaron al Pascual aferrados de una fe inquebrantable, la misma que al final les dio un justo premio con la clasificación del equipo a cuadrangulares.