Un tribunal chino condenó ayer a cuatro años de prisión a Xu Zhiyong, fundador del movimiento "Nuevo Ciudadano", que pide transparencia al Gobierno, por "alterar el orden público". Es un duro golpe a la disidencia, que desmuestra el doble rasero de Pekín con la corrupción.
La condena fue anunciada por el Tribunal Intermedio número 1, mientras a sus puertas esperaban periodistas y diplomáticos, entre un fuerte despliegue de seguridad que se extendía a las calles colindantes.
"Esto destruye lo que le quedaba de dignidad al sistema legal chino", dijo Xu al oír las conclusiones de los jueces, según explicó a la salida su abogado Zhang Qingfang, quien fue rápidamente introducido en un furgón policial tras criticar ante los medios que el proceso había sido "injusto".
El juicio a Xu, abogado de profesión y catedrático en la Universidad de Telecomunicaciones de Pekín, se celebró el miércoles a puerta cerrada.
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