La división de clases y la falta de identidad y de afecto de toda una generación actual de jóvenes conforman la trama de Déficit, ópera prima del actor mexicano Gael García Bernal, que no pretende ser una denuncia, sino una "exposición" de los abismos sociales existentes en todo el mundo.
Así lo expresó García Bernal tras la presentación de su filme, que también protagoniza y produce, en el II Festival Cines del Sur de Granada, donde compite en la sección oficial después de exhibirse en varios certámenes, Cannes entre ellos, y de estrenarse hace unos días en las salas de su país.
Una jornada festiva entre "fresas" (gente de clase adinerada) en una casa de campo en Tepoztlán, en las afueras de Ciudad de México, permite mostrar lo que les une y les separa de las personas que conforman el servicio doméstico y el "déficit" común de la generación del propio García Bernal, a la que pretende homenajear porque ha crecido con palabras como "crisis, democracia o devaluación".
Otras carencias de estos jóvenes provienen de su posición social, ganada en ocasiones gracias a las corruptelas políticas de sus progenitores, que les someten a una falta de cariño que marca sus relaciones personales en la incapacidad para establecer amistades verdaderas o para el compromiso.
El actor de Amores perros (2000) aseguró que incluso se ha quedado "corto" en el retrato de los personajes porque no quería hacer realidad "sino ficción" ni caer en el maniqueísmo.
Los personajes
En los dos polos de la sociedad se encuentran Cristóbal -personaje que interpreta el propio García Bernal-, un joven estudiante de Economía que ejerce de anfitrión en la casa de sus padres aprovechando su ausencia, y Adán, interpretado por Tenoch Huerta Mejía, miembro del servicio con quien ha crecido pero del que le separa la posición económica y la raza.
Sin embargo, dijo el director, ambos tienen muchas cosas en común como la ausencia de sus padres y ser víctimas del sistema de castas, si bien a lo largo de la historia se convierten en responsables de sus actos e intentan salir de sus respectivas burbujas.
Además, comparten el amor por la joven Dolores (papel interpretado por la actriz Luz Cipriota), una joven adinerada que junto a sus padres se exilió de Argentina por motivos económicos y políticos y a la que su condición de forastera le permite ser más libre en sus relaciones sociales.
Pese a su carga crítica, García Bernal aseguró que también se trata de una "buena película para ligar", además de "corta y divertida".
En esta película García Bernal también explora su faceta como productor a través de Canana Films, que creó en 2005 junto a Diego Luna y Pablo Cruz.