CONSTRUIR PUENTES. Es frecuente que no exista una comunicación fluida entre padres e hijos, no porque aquellos sean rígidos, sino por la influencia externa que reciben los hijos. El secreto para superar esta dificultad es darles amor y mantener un contacto íntimo con ellos. Así es fácil descubrir lo que ocurre: si tienen dificultades en el colegio o con los amigos, o si alguno ha comenzado a enamorarse y no sabe afrontar esta primera aventura del corazón.
Entonces es el momento de construir puentes que faciliten el diálogo, especialmente cuando tienen pocos momentos para el encuentro y se crean vacíos de afecto que llenan personas ajenas a la familia, o la televisión.
También pueden existir divergencias entre los padres sobre criterios educativos; las discrepancias paternas deben conciliarlas primero para no tener que rectificarlas después.
Ante situaciones de esta naturaleza los padres deben hacer correctivos. Según decía un autor hay que abrir el corazón del hijo que "sólo tiene una manija interior para conseguirlo, el amor, y los padres deben esperar pacientemente que lo abra".
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