Hace años habría tenido sentido el chiste aquel de "vieja fea; -y tú borracho; -sí, pero a mí se me pasa mañana". Hoy no. Los humanos gastan 40.000 millones de dólares anuales en ¡maquillaje! reportó Euromonitor International.
El amor es ciego. "La atracción física parece uno de los más prominentes factores, si no el más importante, en la selección de pareja", dice Bernhard Fink, biólogo de la Universidad de Gottingen en Alemania, citado por LiveScience.
Ahí se explica tanto dinero para ocultar la fealdad o acrecentar la belleza, así se pueda adquirir un rostro tieso.
Cosméticos y lociones, polvos y menjurjes copan las horas de jóvenes y adultos, convirtiéndose en componente del bienestar personal.
Lucir atractivo puede tener raíces genéticas o culturales, para atraer pareja o revelar cualidades personales. En un bus, al calor de la 1 y 30, tuve el infortunio de que las ventanillas las ocupaban mujeres. Iban bien peinadas. No abrían las ventanas para no despelucarse. Preferían sudar y oler maluco (no creo que supieran que el olor natural llama más la atención del olfato masculino). Pero querían verse arregladas, como las pispas.
Maquillarse tiene su ciencia, a la luz de la atracción humana. Ni los hombres escapan. El rostro, como recuerda Anthony Little en un artículo en Plos One , es una publicidad de la calidad genética. Mejorarlo no anda de más.
¿Qué dice la ciencia? Para lucir sana, bases y polvos. Si desea ocultar edad, las sombras más que cremas antiarrugas. Y si quiere deslumbrar a su amante, destaque rasgos de su sexo: labios protuberantes y ojos provocativos.
Un tono uniforme de piel indica salud. Por eso en 2008 se gastaron 13.000 millones de dólares en bases, correctores y productos para la piel.
Cuando las arrugas no se logran ocultar se les llama experiencia, pero es la geometría de la cara la que grita su edad mucho antes que las patas de gallina. La nariz es el centro del rostro y revela la vejez. Si no desea invertir 200.000 pesos en una crema antiarrugas, un delineador reduce esa protuberancia.
Estudios indican que los ojos no son sólo para ver, demandan ser vistos, un rasgo humano. Si los crece, disimula la nariz que anuncia su edad. Ojos grandes se asocian a rostros juveniles. La máscara es una forma de hacerlos voluminosos. También influye la oscuridad de la piel alrededor.
La cara masculina tiende a tener una sombra uniforme, mientras que la región de los ojos de las mujeres, aún sin maquillaje, tiende a ser más oscura, informan estudios de Richard Russell del Gettysburg College.
Realzar o disminuir esa diferencia hace una cara más masculina o más femenina, atractiva o no. Máscara, delineador y sombras de ojos sugieren feminidad. En el antiguo Egipto los hombres delineaban sus ojos. ¡Qué locura!
Las mujeres, cuenta Russell, tienen bocas más oscuras. El labial acentúa esta diferencia, queriendo decir: he aquí una mujer. Los labiales rojos sugieren salud y buena circulación, también excitación sexual. Difícil no mirar.
La forma del labio afecta. Los carnudos son prerrogativa de ellas y se forman por hormonas. Indican fertilidad, según Fink en el International Journal of Cosmetic Science.
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