La palabra mutación entra de nuevo en uso en la jerga de la seguridad en Medellín, por la forma en que la delincuencia trasciende medidas como la restricción de los parrilleros en moto para, con otras estrategias, seguir delinquiendo sin perder la rapidez y la versatilidad de esos vehículos.
Y es a través de las denuncias ciudadanas en redes sociales, con fotos y videos, que esta metamorfosis ha quedado en evidencia: el espacio del parrillero hombre, para delinquir, es reemplazado por un número mayor de motociclistas, que atacan en grupo, o por mujeres.
El alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria Correa, quien impulsó este viernes la extensión de la norma de prohibición por otros seis meses, ante las estadísticas oficiales de reducción de delitos de alto impacto, no desconoció esa mutación.
Manifestó que como siempre sucede cuando hay acciones contundentes, los delincuentes tratan de acomodarse para burlar las medidas. "No desconocemos la utilización de mujeres y más motos para cometer los delitos y "eso lo hemos analizado con la Policía y con la Secretaría de Seguridad, porque nuestra obligación es atacar todas las modalidades".
A una pregunta sobre la forma como el decreto no se cumple en los barrios de Medellín tal como lo demostró este diario el pasado jueves, el mandatario respondió "le he recordado a la Policía que tiene que hacer cumplir la medida. Desde la Alcaldía estamos buscando la fórmula para apoyarla logísticamente. Es cierto, el parrillero hombre se ve e, incluso, incumpliendo otras normas".
El sustento de la decisión
Las cifras de criminalidad en Medellín, según la Alcaldía, defienden la restricción que rigió todo el 2013 y se extendió hasta el 31 de julio de 2014.
Los homicidios bajaron de 1.251 en 2012 a 920, en el 2013, una reducción del 26,5%; el hurto de carros pasó de 1.845, en 2012 a 1.639 el año pasado, con una disminución del 11,2%, y el de motos fue de 5.080, en 2012, contra 4.871 en 2013, con una rebaja del 4,1%. No todo funciona, eso sí: el hurto a personas tuvo un aumento del 58%.
La medida busca la reducción de delitos cometidos desde motos, pero el secretario de Movilidad de Medellín, Ómar Hoyos, destacó además la reducción de muertes de parrilleros en accidentes de tránsito. En 2012 se registraron 19 víctimas, frente a 15, de 2013.
Max Yury Gil, director de la Corporación Región, expresó que después de ver en las redes sociales una serie de imágenes de hechos delictivos, se puede legitimar la adopción de este tipo de medidas. Pero, advirtió, la delincuencia siempre tiene la capacidad de adaptarse a las circunstancias.
Opinó que esto quiere decir que estas norma ataca el síntoma, no la enfermedad.
"Eso controla una manifestación, pero no erradica de fondo el problema. Además, puede funcionar en el Centro, El Poblado y en sectores de mayor presencia institucional, pero en los barrios lo que se ve son centenares de motos con parrilleros, porque estamos ante estructuras criminales de gran capacidad y utilizan a las mujeres para transportar armas, drogas y, ahora, en asaltos.
Mientras no se erradiquen las estructuras delictivas, estas decisiones serán "paños de agua tibia", concluyó.
Luis Carlos Piedrahíta quien lidera una empresa que trabaja en prevención de riesgos en seguridad añadió que las mujeres vienen siendo utilizadas por la subversión y la delincuencia organizada desde hace muchos años y por eso no es raro que aparezcan ahora como parrilleras cometiendo delitos, para reemplazar al hombre.
Recomendó que para evitar normas como la del parrillero la ciudadanía también debe colaborar y no facilitar la acción de los delincuentes. Dice, hay que evitar atraer al antisocial con joyas o altas sumas de dinero. "Las autoridades deben implementar más acciones de control y apoyarse en la tecnología, porque hoy ya hay cámaras que graban y permiten reconocer rostros y placas. La seguridad es prevención y colaboración con las autoridades, es también un tema de la comunidad", afirmó.
Gastos cuantiosos
Mauricio Flórez, fundador del colectivo No más robo de motos, se quejó porque la restricción les ha causado cuantiosas pérdidas y grandes incomodidades a los motociclistas.
Especificó que, al día, no llevar el parrillero le representa al dueño de la moto tener que pagar pasajes, que en caso de personas que utilizan 4 buses, al mes se gastan 163 mil pesos y multiplicado por 674.340 motos que ruedan en el Valle de Aburrá, la suma se vuelve cuantiosa. En tal sentido aseguró que la ampliación de la medida viola el Código de Tránsito porque se está volviendo una ley permanente y eso sólo lo puede hacer el Congreso.
Ricardo Carvajal, líder de los motociclistas, alertó sobre estas medidas: "En los barrios periféricos ¿qué está pasando? Van hasta tres hombres en moto".
"El problema no es la moto, el que dispara es un sicario, es un ser humano y es sobre ese ser humano sobre el que hay que trabajar, no sobre el vehículo", recomendó.
"El crimen muta, se adapta. El criminal no se asusta con estas medidas y cambia de estrategias. Es como si contra los carrobomba se prohibieran los carros", finalizó Carvajal.
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