Más de 300 educadores nombrados no fueron nunca a sus puestos de trabajo en los municipios.
O fueron y se devolvieron, interpusieron tutela y comenzaron a devengar sin hacer nada. Algunos llevan dos años en esa situación.
La educación oficial del Chocó, que este año recibirá cerca de 96.000 millones de pesos para atender unos 98.000 estudiantes matriculados, soporta embargos por 72.781 millones, de 2004 a 2009, y una deuda por 37.754 millones de pesos.
Cada mes los embargos ascienden a 1.754 millones, el 20 por ciento de los giros del Sistema General de Participaciones para atender el sector.
Mientras tanto, en las escuelas de Acandí, Alto Baudó, Carmen de Darién, Unguía, entre otras, los niños no reciben clases por falta de uno o varios maestros.
El rector de la Institución Educativa Santa María la Nueva del Darién fue dos veces este año y no regresó después de julio. No se sabe qué pasó con él, aunque todos se lo imaginan.
Una de las profesoras del poblado de Gilgal está nombrada, no ha ido a la escuela y devenga su salario.
Ante el despelote, el Conpes, mediante documento 104 de julio 6, dispuso la asunción temporal de competencia en el sector educativo por parte de los Ministerios de Hacienda y Educación, lo que significó dejar de lado, por ahora, a la Secretaría de Educación Departamental. La medida tendrá vigencia de tres años.
Leyda Borjas Rivas, titular del despacho, dijo a EL COLOMBIANO que cualquier información la suministraba el administrador temporal nombrado por el Mineducación, José Martín Hincapié Álvarez.
El funcionario informó que está en la cuarta semana de funciones. Las dos primeras las dedicó a empalme y verificación y ya comenzó a ordenar las acciones en lo que llamó plan de choque.
"Lo primero fue identificar 304 docentes que no estaban siendo certificados por ningún rector, se hizo una convocatoria y han aparecido cerca de 100, de los cuales se ha reubicado casi la mitad y otros han presentado tutelas.
Mediante esta figura, los maestros evaden trasladarse a sitios diferentes a la capital. En 2006 según estudio del Ministerio, había 575 docentes que excedían los requerimientos de Quibbó.
Por su complicidad en algunas acciones, han sido sancionados e investigados varios jueces, entre ellos uno en Bagadó.
Luciano Marmolejo, coordinador de Educación en Alto Baudó, contó que el déficit es de 43 docentes en los 94 centros, escuelas e instituciones del lugar.
De este poblado, a tres horas por carretera de Quibbó, "a los docentes los fueron trasladando por política y otros motivos". En la capital, comentó, se quedan aduciendo que tienen 20 o más años de servicio, que están enfermos o que por su edad no pueden trabajar en otros lugares.
En Alto Baudó la escuela más lejana se encuentra a dos o tres días de camino, según la lancha.
La jefa de Núcleo Educativo de Unguía, María Gertrudis Garcés Sánchez, reveló que hacen falta 24 educadores, contado el de Educación Física de la cabecera que se fue hace poco "aduciendo que iba a pedir una licencia".
En la Bernardo Moreno hacen falta cinco.
La secretaria de Tadó, Lindasyn Perea, reconoció que "en general (la Secretaría de Educación) ha sido un caos, sobre todo en la administración de recursos humanos y económicos".
En este poblado de 17.000 habitantes, varios docentes dictan materias distintas a su especialidad.
En Santa María la Nueva, la sala de sistemas lleva dos años cerrada por falta del docente capacitado.
"El trabajo es complejo por la magnitud de la situación que se vive acá", consideró Hincapié Álvarez.
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