Culpable por los delitos de homicidio y acceso carnal violento, fue declarado el único capturado por el asesinato de la adolescente Jéssica Alexandra García Torres, un hecho que conmocionó a la comunidad del municipio de Valparaíso en diciembre pasado.
La decisión fue notificada el pasado miércoles 29 de abril por el juez promiscuo del Circuito de Támesis, Luis Carlos Correa Zuluaga, tras celebrarse el juicio oral al sindicado, Jairo Torres Ramírez.
"Lo declaré responsable penalmente, ahora los que se crean víctimas, como los padres, pueden actuar si tienen interés en que sean reparados por los perjuicios causados", dijo.
Pero la sentencia, precisó, no se emitirá hasta el próximo 18 de junio, tiempo que deja transcurrir el sistema penal acusatorio para que las víctimas del episodio promuevan el incidente de reparación integral.
Ellas, agregó el juez, tienen derecho a justicia, verdad y reparación, y ya se cumplió con los dos primeros.
Aunque no se comprometió con la condena, en primera instancia, explicó que, según la legislación penal sustantiva, el homicidio agravado tiene una pena mínima de 33 años y 4 meses.
Pero como concursa otro delito: acceso carnal violento, habrá que tener en cuenta que se establece otra pena que parte de un mínimo de 12 años, lo que sumados ambos estaría por encima de los 45 años de condena. "Primero debo escuchar en audiencia a las partes para que se pronuncien, con efecto de individualizar las penas", puntualizó el juez Correa.
Aunque la Fiscalía anunció una investigación para establecer si hubo participación de otras personas en el asesinato, se mostró ajeno a esa situación.
Un crimen que horrorizó
El asesinato de la joven, de 18 años, ocurrido el 12 de diciembre de 2008, horrorizó a la población por la sevicia de los asesinos.
Un día después de su desaparición, el cuerpo fue hallado en un sector semirrural con evidencias de violación y vejámenes. Estaba abierto desde el vientre hasta el esternón, le habían cortado parte de un seno y de una mejilla, y tenía una herida en el cuello.
Luis Arturo Muñoz, juez de Valparaíso, quien profirió la orden de captura, comentó que se apoyó en los indicios de una supuesta adivina del corregimiento Palermo, de Támesis, ante la cual acudió el sindicado para que le indicara dónde estaba el cuerpo.
Ella -agregó- le dijo que buscara cerca de donde encontraron la ropa ensangrentada, pero él afirmó que le había revelado el sitio exacto, cosa que no fue cierta.
Como Torres ayudó en las labores de búsqueda, él fue directo al sitio y la encontró en el lecho de una pequeña quebrada, bajo piedras grandes, comportamiento que lo hizo ver sospechoso ante los investigadores de la Sijín. "La mujer de Palermo les aclaró que ella no dijo dónde estaba y empezaron a sospechar".
También se refirió al hallazgo de dos cuchillos que estaban clavados en una mata de penca, cerca del lugar de los hechos.
Uno de ellos aún tenía pegada la marca del precio, escrita a mano, y se verificó el negocio que lo vendió, cuyo propietario aún recordaba quién lo compró.
En medio de las pesquisas, después de hallada el arma, un allegado a Torres fue al mismo establecimiento a averiguar por otro cuchillo de iguales características, pero el propietario le dijo que ya no había de esos. Otras dos personas volvieron luego con las mismas intenciones.
Estos hechos sirvieron al juez Muñoz para reafirmar las sospechas que llevaron a esclarecer el asesinato.
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