Un cono naranja, ya un poco desgastado de tanto arrastrarlo, anuncia que Diana Zapata está cerca, en un extremo de la autopista Sur, sector del Cerro Nutibara.
De la caneca salen un rastrillo y los palos del recogedor y de la escoba. En la mano tiene otra de cerdas rojas, más grande, que le permite abarcar más hojas.
Ayer le tocó una mañana de sol, que aunque la hizo sudar un poco, no logró correrle el maquillaje que se puso alrededor de sus ojos claros. Con su gorro, camisa, guantes y pantalón en tonos caqui, Diana comenzó su jornada a las 6:00 de la mañana.
Está hace un año por la 33, pero antes pasó por Belén y Conquistadores, en los 25 meses que lleva con la Cooperativa Marchando al Futuro, que presta sus servicios a Empresas Varias. En la zona ya la reconocen y entre los vecinos se escucha hablar de su dedicación y disciplina.
A las 5:00 a.m. sale de su casa en Bello para llegar unos minutos antes, cambiarse y sacar los implementos que le guardan en una urbanización. Su turno lo empieza con una imagen en la mente: la de Brian, su hijo de tres años.
Siente orgullo
Tiene 27 años y, aunque anhelaba ingresar a la Policía, se siente orgullosa de dedicar ocho horas de su día a mantener limpia la ciudad. "Sí, es verdad, toca asoliarse mucho, pero todo es costumbre y hago algo que es importante", cuenta una seria y prudente Diana.
Le gusta la música romántica y es con las notas de la Voz de Colombia que ameniza por momentos su jornada, en especial, cuando está más cerca del Pueblito Paisa y hay más calma.
A veces, cuando no hay mucha basura, las horas se le pasan lentas, entonces se pone a pensar en sus sueños que hoy tienen más que ver con Brian, con sacarlo adelante y que no le falte nada.
"Es que... ¿quién no sueña? Yo lo hago", dice y se acomoda la gorra, despliega el cono y sigue barriendo.
Pico y Placa Medellín
viernes
no
no