La construcción de tres grandes centrales hidroeléctricas, como son Porce III, Porce IV y Pescadero Ituango, convertirán a Empresas Públicas de Medellín (EPM) en el principal jugador de la energía en Colombia en el 2010.
Ser el rey de este negocio no sirve solo para sacar pecho. Para el Grupo Empresarial es un hecho que engordará sus finanzas y la generación de utilidades. A su turno, se traducirá en mayores transferencias para su dueño, el Municipio de Medellín, que de esta manera podrá financiar una gran porción de sus gastos en educación, salud y los demás frentes sociales.
La buena nueva tiene sus cuentas de respaldo. Del 100 por ciento del consumo de energía que exige el país, Emgesa abastece el 20 por ciento. EPM le respira en la nuca, con un 19,3 por ciento de lo que los expertos llaman la energía firme asignada, que no es otra cosa que el recurso que la empresa está obligada a suministrarle al mercado.
El reinado de Emgesa se acabará en el 2010. En el segundo semestre de ese año los 660 megavatios de capacidad instalada que tiene la hidroeléctrica Porce III comenzarán a generar energía.
De ahí en adelante Emgesa la verá muy difícil para retornar al trono. En diciembre del 2015 empezarán a rugir las turbinas de Porce IV. Posteriormente, en el 2018, el turno será para la energía de Pescadero Ituango, la hidroeléctrica en la que los mayores propietarios, por partes iguales, son EPM y la Gobernación de Antioquia.
Federico Restrepo Posada, gerente General de EPM, recuerda que la entidad es prácticamente la única que en los últimos cinco años ha hecho frescas inversiones en el sector.
La recompensa está a la vista. Hoy las Empresas tienen una capacidad instalada de generación de energía del orden de 2.600 megavatios. A esto hay que añadir los 660 megavatios de Porce III, los 2.400 megavatios de Pescadero Ituango y 400 más que pondrá Porce IV.
Eso es "un jurgo" de energía, si es que tal unidad de medida cabe: 6.060 megavatios. En el 2018 tal cantidad será equivalente al 30 por ciento del sector eléctrico nacional.
Ante un escenario como este, Empresas Públicas de Medellín ha decidido mandar al cuarto de San Alejo proyectos de producción de energía a partir de gas o carbón. Las iniciativas que sí sobrevivirán serán las que utilizan el viento como materia prima, o sea las plantas eólicas.
Pescadero y Porce IV forman parte de los seis proyectos que la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) escogió a través de una subasta para que entren en operación comercial entre el 2014 y el 2018. Para Restrepo Posada, ese hecho coloca a estos proyectos en un punto de "no retorno".
Es que, según lo estableció este diario, fallar en la entrada en servicio se paga caro. En el caso de Porce III se haría efectiva una garantía de 42 millones de dólares. La de Pescadero Ituango es de 15 millones de dólares y la de Porce IV es de 13,5 millones de dólares.
Mejor honrar la palabra y, de paso, generar empleo a granel. Las cuentas de Restrepo Posada indican que, en los años de mayor actividad en la construcción, las dos nuevas centrales podrían mantener en promedio anual unos 3.500 o 4.000 empleos directos.
Las firmas de consultoría también están expectantes, como Integral-Sedic e Ingetec. Pronto se sabrá quién se llevará los 28.000 millones de pesos de los diseños definitivos de Porce IV.