Hace días lo escucharon de su propia voz, esa que en algún momento su familia y sus amigos tuvieron miedo de que se fuera: que volvió a vivir y que ha vuelto de un viaje donde pensaba que se iba a quedar.
Elkin Mimo o Elkin Giraldo Martínez se lo dijo a Óscar Zuluaga, uno de sus buenos amigos y el director del grupo Arlequín y los juglares, del que hace parte. Incluso con el que estaba en presentación el día que hubo que llevarlo al hospital y los médicos, a la media hora, ya sospechaban un aneurisma cerebral, que después se complicó.
El viaje aquel empezó el 5 de noviembre. Sin embargo, después de dos meses, el mimo que es considerado uno de los más importantes del país, ya está en casa.
"En términos de lo que significó la gravedad de la enfermedad y las pocas esperanzas que nos daban los médicos sobre su vida, creemos que la recuperación ha sido muy buena", comenta Adriana Diosa, actriz del grupo.
Si bien es una recuperación lenta, cuentan sus amigos que sienten su parte cognitiva muy bien, tanto que pueden hablar del arte sin problema. "No se ha desconectado de eso -explica Óscar-. Cuando hablamos, conversamos como si estuviéramos en la misma dinámica. Hemos charlado de la construcción de la última obra, Por los caminos del Quijote , y mantuvo un diálogo improvisado en verso conmigo. No se le habían olvidado textos básicos que habíamos utilizado al principio".
Y aunque en la parte física todavía hay que tener un poco más de paciencia y darle tiempo, ya puede mover la cabeza, por ejemplo, ha dado unos cuantos pasos y tiene movilidad en su parte derecha. Con su mano, incluso, hace movimientos de pantomima.
Los amigos artistas han sido muy importantes. Siempre hay alguien que lo visita y que le ayuda a estimular sus movimientos y sus saberes. Están pensando en llevarle un instrumento para que la música también haga de las suyas en la recuperación. Adriana señala que además, como él ha sido un viajero del mundo, amigos de otros países le dedican su buen tiempo.
El arte, están seguros, ha sido fundamental. En especial por la compañía y la fe que le han puesto. "Ha sido muy importante la reivindicación de la solidaridad como espacio de la ternura humana y de la construcción de mundos diferentes, o sea la totalidad del movimiento artístico y cultural que ha apretado ese brazo de la solidaridad y que él lo note le estimula sus necesidades de vivir", añade Óscar.
El ánimo de Elkin, aunque a veces cambie, es suficiente para guardar la esperanza. Aparecen el buen humor, las frases poéticas, las chistosas. A eso, agrega Adriana, se suma que "tiene las ganas de recuperarse". Por lo menos, expresa Óscar, ya resolvió que va a seguir con el arte y aportando con su conocimiento y su creación. Eso se le nota.
Y aunque todavía falta tiempo y aún más paciencia, la esperanza es cada vez mayor. Ya ven lejos las palabras de los médicos de que poco se podía hacer. Quizá tiene que ver, como añade el director, que como "su arte no se limita a hacer arte por arte, sino por la vida y la transformación", a Elkin Mimo aún le queda mucho por actuar. O por vivir, que en su caso son sinónimos.
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