El fantasma de los falsos positivos volvió a la memoria de los colombianos. Pese a que se creía que el problema se estaba superando, la semana cerró con otro manto de duda sobre la forma como opera la instancia más alta de inteligencia nacional, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).
En esta oportunidad el dedo en la llaga lo puso el senador del Polo Democrático Alternativo (PDA), Gustavo Petro, quien denunció seguimientos ilegales por parte de funcionarios de esa entidad.
Eso le costó el puesto a la directora de esa institución, María del Pilar Hurtado, quien hasta último momento manifestó su deseo de quedarse.
Los hechos recordaron de inmediato el proceso contra el ex director Jorge Noguera, la presunta infiltración paramilitar, los antecedentes de narcotraficantes y 'paras' supuestamente borrados en esa entidad, además de falsos positivos detectados desde abril de 2002.
Analistas consultados por Colprensa, que tuvieron la misma reacción, dividieron sus opiniones.
Mientras para unos el DAS debe arrancar de cero, otros no consideran esa posibilidad. Los más moderados hablan de la necesidad de reestructurar la entidad, a la que todos consideran un apéndice del Ejecutivo.
Un proyecto de ley que cursa en el Congreso de la República y al que sólo le resta un debate en la plenaria de la Cámara de Representantes, tendría la última palabra.
Mientras tanto, el presidente Álvaro Uribe califica lo ocurrido como "una trampa en contra del Gobierno" y desestima que su asesor José Obdulio Gaviria haya sido quien dio la orden de seguir a miembros del Polo.
El Gobierno "no acepta que a las personas se les investigue por su credo político", dijo el primer mandatario.
Hay que repensar el DAS
John Marulanda, consultor internacional en seguridad y defensa, considera que lo que debe suceder de cara a la crisis que se viene dando en el DAS es "una reestructuración, hacer modificaciones en las tareas que asume esa entidad".
Para Marulanda, el DAS hoy cumple tareas que son del resorte exclusivo de las Fuerzas Militares o de la Policía y eso es lo que, en su criterio, debe solucionarse.
Más allá de eso, "lo que debe suceder es que las políticas del DAS sean de Estado y no de los gobiernos de turno. En el DAS debe haber una carrera establecida que evite que esa institución se convierta en un fortín político, con el cual se paguen favores", dijo el analista.
"Ojalá quien llegue a la dirección del DAS continúe siendo un civil que tenga experiencia o formación militar o por lo menos que haya participado en los cursos de Defensa Nacional (Cidenal)", agregó Marulanda.
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