Estamos en alerta frente al dengue. Esa fue la reciente petición que el secretario de Salud de Antioquia, Carlos Mario Rivera, les hizo a las autoridades municipales, con el fin de tomar medidas inmediatas, entregar la información oportuna a sus habitantes y dedicar toda su atención a un asunto de salubridad que adquirió carácter de urgente.
Si bien esto no quiere decir que hay que correr a buscar soluciones desesperadas, sembrar el pánico o temer que cada zancudo que aparezca sea portador del virus; sí comporta un oportuno llamado a la conciencia.
Hoy, más que nunca, cabe la frase La prevención empieza en casa . El dengue se puede convertir en una enfermedad mortal, pero es tarea de todos, en el hogar y en la oficina, contener su propagación. Ese es el llamado urgente. Esa es la verdadera y real alerta que enfrentamos hoy.
Y es que los focos perfectos para la reproducción del mosquito aedes aegypti, transmisor de la enfermedad, están muy cerca. Este insecto prefiere los depósitos de agua limpia como piscinas o piletas; los floreros, las macetas, las llantas, las latas o baldes y también cualquier otro recipiente que pueda almacenar agua y se encuentre a la intemperie.
Una mujer de 19 años y otra de 50 son las primeras víctimas del dengue hemorrágico en el Departamento, donde además están registrados, a la fecha, 903 casos de dengue clásico y 57, de hemorrágico.
Estas cifras y las consolidadas de 2009 nos confirman la necesidad perentoria de atender el llamado de alerta: el año pasado se conocieron 60.915 casos de dengue clásico, 10.164 de hemorrágico y 52 personas fallecieron a causa de este mal en el país.
Y el Instituto Nacional de Salud (INS) ofrece un dato más para no bajar la guardia: el 85 por ciento del territorio colombiano se ubica por debajo de los 1.800 metros sobre el nivel del mar, y es allí donde se concentran las más altas densidades del mosquito y hay una mayor circulación del virus.
Las autoridades de salud están listas para atender las contingencias que se puedan presentar. Al tiempo que confían en esas actitudes responsables que cada uno, en su espacio personal, puede y debe poner en práctica.
El buen manejo de las aguas estancadas y la conciencia que alrededor de esta enfermedad se pueda crear en casa, en las oficinas y en el espacio escolar, hará más difícil la incubación de la larva del mosquito transmisor de la enfermedad. Prevenir el dengue es tarea de todos.
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