El director de la Policía, general Óscar Naranjo, termina el 2008 con un segundo sol en su uniforme y dos retos: combatir las bandas emergentes al servicio del narcotráfico y develar los lazos que miembros de la institución pudieron tener con las llamadas pirámides. De momento han sido destituidos 36 uniformados, entre ellos dos coroneles.
El primer reto se lo impuso el presidente Álvaro Uribe, quien decidió que la Policía y no el Ejército hiciera frente a estos grupos
El 12 de noviembre, cuando arreció el escándalo por las pirámides, aseguró que la institución había realizado varias acciones en contra de DMG. Gracias a esas investigaciones se podían dictar órdenes de captura a por lo menos cinco directivos de esa firma.
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