Tiene 18 años de edad y la disciplina y el comportamiento de un veterano. En su primera temporada como profesional cosechó un título en el torneo colombiano y participó en un mundial juvenil. Le sobran garra y amor por la camiseta, aspectos que valora la afición.
Sebastián Pérez será titular hoy (8.00 p.m.) con Nacional en el Atanasio frente al Pereira, un duelo que los verdes están obligados a ganar para seguir vivos en la disputa de una casilla para la final de la Liga Postobón-II.
Y allí en la cancha estará el muchacho delgado y de cabello lacio, habitante de Envigado, quien confiesa que la vida le ha cambiado totalmente luego de llegar de las divisiones menores a convencer con su talento al técnico Santiago Escobar.
Señala que antes era "más atrevido, loco y suelto", que le importaba salir o no a la calle. Pero en poco tiempo aprendió que no puede ir a cualquier lado ni a cualquier hora, que hay que cuidar la imagen y es consciente de que el cuerpo necesita descanso cuando la competencia es tan seguida. "Esta profesión es muy linda, exige cuidados y hay que protegerla, sé que todavía no he conseguido nada, pero debo tener responsabilidad con lo que hago".
Sebastián saboreó el triunfo en el semestre pasado y ahora, debido a la irregularidad del equipo, le toca enfrentar la presión. Pero lo hace con tranquilidad y con una personalidad sorprendente.
La preparación psicológica en Nacional le ayuda a entender que siempre tendrán presión externa, como lo han experimentado cuando empiezan a perder tan rápido los partidos y los hinchas murmuran y rechiflan. Advierte que deben evitar que los factores externos influyan en el rendimiento colectivo: "hay que pensar bien y actuar bien".
Según Sebastián, el hincha califica más la actitud que el mismo juego. "La gente quiere que uno sude la camiseta y que haya amor, esas cosas que no pueden faltar".
A la hora de analizar la actuación del plantel en el segundo semestre, este mediocampista atribuye el mal desempeño a la desconfianza que se generó alrededor del grupo y que, por fortuna, creen haber dejado atrás. "El equipo estaba un poco 'bajoniado' por la actitud de la gente que no confiaba mucho en nosotros. La semana pasada hablamos de la necesidad de tener tranquilidad, de apoyarnos, pues si no lo hacíamos nadie lo haría por nosotros".
Sobre el hecho de que los jóvenes estén llevando el peso del plantel, asegura que esa personalidad que exhiben él y sus compañeros es una muestra de que la cantera verde está presente, que saca buenos jugadores y "debemos aprovecharla y responder a la confianza que nos ofrece el cuerpo técnico". Y agrega que tantas mañanas y tardes entrenando al lado de jugadores de experiencia ayudan bastante "y eso se refleja en el terreno de juego".
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