La mirada es misterio. Miro absorto. Personas, cosas, el paisaje, el vacío. No lo entiendo, lo disfruto. El misterio me lleva, me trae, me sube, me baja, me arrulla. Me colma de felicidad.
A los ojos les es familiar el misterio, viven de él. Cuanto más miran, más náufragos son del océano infinito, de lo que el misterio es.
Anhelo saber qué sentía quien juntaba las palabras así: "Cuando tú me mirabas / su gracia en mí tus ojos imprimían". Ojos, mirada, imprimir, gracia. La imaginación no acierta a encontrar alas para volar por el espacio infinito del misterio.
Quien junta así las palabras, establece con ellas una corriente de secreta simpatía que lo llevan donde mora el misterio, más allá de los confines de la aurora.
Por mirarme me vuelves el misterio que eres, por mirarte te vuelvo el misterio que soy. Nos volvemos misterio, tú a mí, yo a ti, el gusto de ser lo que no somos, de no ser lo que somos. La fantasía al servicio del misterio.
"Quien mira en silencio en torno suyo, ve cómo edifica el amor". Aprendo el arte de mirar en silencio. Voy con la mirada a las cosas y edifico con ellas un mundo nuevo, una nueva creación, en la que nos hacemos "consortes de la misma Divinidad" (2 Pedro 1, 4).
Diciembre y Navidad son pura presencia del misterio, propicios para ver lo invisible y tocar lo intangible, hablar de lo que no tiene nombre en pesebres, árboles, luces, tarjetas, aguinaldos, novenas, villancicos, donde el misterio se manifiesta huyendo, y por eso mantiene el corazón dolido y vigilante.
El misterio no es concepto ni cosa, es persona humana y divina, que en el pesebre se vuelven una, prodigio del amor, y se dirige al hombre con balbuceo infantil: "Si sabes lo que es infinito, sabrás lo que es mi amor por ti". Temor y alegría de la fascinación.
El poeta llama al misterio tempestad. "En los ojos de todas las criaturas / en toda pequeñez e inmensidad / se ha encontrado mi alma frente a frente / la tempestad". El místico sabe que Dios es tempestad de amor, siempre en trance de acontecer.
Me busco a mí mismo, y encuentro el misterio. Busco el misterio, y me encuentro a mí. Navidad es la dicha de celebrar el misterio. Él aconteciendo en mí, yo aconteciendo en Él.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6