Sentado en su escritorio, en la Universidad Eafit, uno no adivinaría que un mes antes de Navidad sus obligaciones se multiplican porque él, por su cuenta, riesgo y satisfacción, se mete a organizar una fiesta para niños, donde regala comida, diversión, ropa y hasta juguetes... es todo un papá Noel. O un niño Dios de 32 años, mejor.
Eso de hacer esa fiesta le nació cuando a unos primos suyos, al hacer la primera comunión, les celebraron la fiesta en un hogar de adopción: "para que aprendieran que en la vida hay que compartir lo que uno ha tenido", dice. Pero la lección la aprendió él. Eso fue hace años, cuando apenas empezaba la Universidad.
Así que desde hace 11 años se pone en la tarea de convencer a sus amigos y a algunos extraños, en que recojan ropa, mecato, juguetes y dinero, para hacerle una fiesta a niños. "Siempre la hicimos en la Casas de María y el Niño, pero este año nos fuimos para Llanaditas".
Con recreacionistas, piñatas, tenis y todo el ánimo del mundo, le celebraron la Navidad a 46 niños de Las Golondrinas.
"La mayor satisfacción es ver la cara de los niños, eso ya es suficiente regalo y motivo para repetirlo el próximo año".
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