Después de que el domingo se iniciara un proceso de militarización en el barrio Popular Uno para intentar retomar el control de una zona que viene siendo azotada por el enfrentamiento entre bandas desde hace algunos meses, la tensión sigue y la comunidad espera que la situación mejore.
A pesar de que el fin de semana se presentaron algunas escaramuzas de orden público, en las que resultó herido Carlos Monroy, un teniente del Emcar de la Policía, los moradores de los sectores La Silla y La Galera, los más afectados en este conflicto, ansían, por fin, poder dormir tranquilos.
"No entiendo porqué hacen tiros allá y acá con la presencia de la ley. Esa gente no respeta a nadie", aseguró un habitante del sector.
Curioso y triste es que cuando la mayoría de los niños de la zona deberían estar hablando de juguetes, jugando al "escondidijo" o disfrutando de distintas dinámicas relativas a su edad, el tema de conversación entre ellos es "la balacera del otro día, la foto del arma del periódico o dónde debemos escondernos si disparan", asuntos que hacen que la inocencia quede relegada a un segundo plano.
Uno de los policías que llegó al sector para reforzar la seguridad explicó lo difícil de la situación.
"Muchos disparos. Ayer (lunes) hostigaron el puesto de nosotros con silenciador, al teniente lo hirieron el domingo, la cosa está complicada", aseguró.
Sin embargo, uno de los habitantes de La Veredita, zona de la que se han desplazado varias familias y que sufrió ya varias amenazas de desalojo, dijo que, "el panorama está mejor con la presencia de las autoridades".
Otros prefieren esperar los resultados de este despliegue.
"Hasta que no se manden refuerzos grandes, gente especializada y se tomen decisiones profundas, no creo que cambie mucho el problema", expresó un líder comunitario.
Muchos habitantes coincidieron en manifestar que aún falta mayor pie de fuerza debido a lo extenso del lugar.
El secretario de Gobierno (e), César Arturo Arango, manifestó a este diario que en conversaciones que sostuvo con el comandante de la IV Brigada del Ejército, general Alberto José Mejía, pudo establecer que "se trata de operaciones que ya llevan tiempo realizándose en la ciudad para hacer una presencia significativa en un sitio con condiciones críticas".
El funcionario afirmó que la idea es que haya una coordinación permanente con la Policía Nacional y con la Administración, de tal manera que se realice una labor eficaz.
Sobre cómo ha sido el proceso de colaboración entre los distintos organismos de seguridad que se desplazaron a la zona, Arango indicó que, "La Policía ha señalado que es muy positivo poder contar con el apoyo del Ejército, sobre todo en los lugares periféricos y semirrurales".
La operación, que se inició el domingo en la Comuna Uno, será implementada en otros sitios de la ciudad.
Para el secretario Arango, poco a poco la comunidad va retomando la confianza en la Fuerza Pública, pues, según él, los ciudadanos han visto con buenos ojos esta labor.
"Creo que esta confianza estimulará el proceso de denuncia en la comunidad", concluyó.
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