La alfombra roja dura pocos segundos. Un recorrido rápido de flashes de cámaras y preguntas de ¿quién te vistió hoy? que vale millones en términos de elegancia y recordación.
La mayoría se va por los aciertos, con vestidos de nombres conocidos, diseñadores que tienen inscritas en su ADN las palabras buen gusto, chic, elegancia...
Saben que es un momento definitivo, del que depende ser sujetos de burlas o innumerables comentarios de admiración.
El domingo el turno fue para los Emmy, que premian a los mejores de la televisión de E.U. y nos dejan ver a nosotros las expresiones de elegancia de sus protagonistas o sus increíbles muestras de falta de asesoría.
Entrando en materia, noté que este año las estrellas confiaron su elegancia y sus segundos de gloria en la red carpet a nombres latinos, que ya están en las grandes ligas de la moda.
El cubano Narciso Rodríguez vistió a Julia Louis-Dreyfus, nominada a actriz de comedia por Las nuevas aventuras de old Christine. Y ella, pese a las dificultades idiomáticas, no se cansaba de repetirlo, exhibir la espalda y decir que estaba orgullosa de su traje color salmón.
La otra nominada, Sandra Oh, también habló español para decir que su vestido iba firmado por el señor Oscar de la Renta, mientras que Nicolette Sheridan, de Amas de casa desesperadas, iba de Ángel Sánchez. ¡Elegancia que se pronuncia mal y se luce muy bien!
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