El diseño interior y la decoración de este apartamento, ubicado en el piso 19 de una nueva edificación en El Poblado, fueron pensados desde el mínimo detalle.
Sus dueños, una pareja joven que lo compró sobre planos, buscaron la asesoría de María Paula Zuluaga Díez y su empresa Pezeta Diseño & Mobiliario , y juntos dieron forma a este espacio que se destaca por su diseño simple e integrador y un estilo contemporáneo que pretende perdurar en el tiempo.
"Aunque es un apartamento muy grande, de 220 metros cuadrados, lo que el cliente quería era un concepto muy integrado. Más que pensar en un loft, era pensar que socialmente y en la manera de habitarlo fuera abierto y muy para compartir", explica María Paula.
Por esta razón, la cocina se integra con la sala y el comedor. Además, los módulos de vidrio del balcón principal se abren por completo y hacen del espacio social uno solo.
Con la idea de tener un lugar claro y con mucha luz se eligieron los materiales y los acabados del apartamento.
En el piso, la madera laminada se hace presente en un color casi blanco. A la pared que sirve de espaldar a la sala y el comedor se les dio un acabado de cemento plateado que le aporta textura y calidez al ambiente.
La madera protagonista en todo el mobiliario, diseñado y fabricado por Pezeta y del que se destacan sus líneas limpias y modernas, es roble americano blanco. Un tono natural y con muchas vetas. Este elemento se encuentra en la cocina, el comedor y las mesas de la sala y la habitación principal.
Para los mesones de la cocina y los lavamanos de los baños se utilizó el granato, una resina blanca que les otorga limpieza visual y que contrasta con las vetas de la madera.
El dry wall, como elemento decorativo, hace presencia en la biblioteca, nichos y entrepaños.
En la habitación principal se utilizó madera pintada de blanco. Al ser tan clara, el toque de color se puso en la decoración: duvets, tendidos, cojines y tapetes son los encargados de darle vida al área privada.
"Se pensó mucho que fueran colores pasteles pero fuertes, como rosados, fucsias, verde azul y morados. Ahí se fue un poco más agresivos en la propuesta decorativa", comenta María Paula.
Dentro de los detalles para destacar son los apliques de color en los cojines y accesorios, además de las lámparas en la sala y el comedor, con una marcada tendencia a los años 30.
La ubicación del sonido y la iluminación se diseñó para que fuera muy espacial y abarcara toda el área social, con la premisa de ser un espacio para compartir.
"Yo diría que este apartamento no tiene un estilo moderno extremo, ni tampoco clásico; combina elementos actuales con algunos toques de los años 30 en color e iluminación. En esencia es un apartamento contemporáneo", concluye María Paula.
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