El presidente en funciones de Nigeria, Goodluck Jonathan, ordenó este martes que se realice una "profunda investigación" de la matanza que tuvo lugar el domingo pasado en la que murieron más de 500 personas, en su mayoría mujeres y niños cristianos, en las afueras de la ciudad central de Jos.
Según el portavoz de Jonathan, Ima Niboro, el presidente también dio órdenes a los jefes de los servicios de seguridad que controlen la situación en la zona para prevenir nuevas situaciones de violencia en Jos, capital del estado de Plateau.
El Gobierno del estado de Plateau informó el lunes que por lo menos 500 personas fueron asesinadas, supuestamente por pastores musulmanes fulani, que atacaron tres aldeas de las afueras de la ciudad de Jos en la madrugada del domingo, aunque la Policía afirma que fueron 55 las personas que murieron.
Según testigos presenciales, los pastores, que estaban armados con revólveres, fusiles, metralletas y machetes, atacaron a los residentes de los pueblos de Dogo Nahawa, Zot y Ratsat, cuya población es mayoritariamente cristiana.
Destituciones y medidas
La masacre, que fue condenada por numerosas organizaciones nigerianas y por E.U., el Reino Unido, Francia y el Vaticano, llevó a Jonathan a destituir al Consejero de Seguridad Nacional, el general retirado Sarki Mukhtar, al que sustituyó por Aliyu Gusua, que ya ocupó ese mismo puesto en dos ocasiones.
El gobernante nigeriano se reunió el lunes con los jefes de los servicios de seguridad en Abuya para decidir las medidas que se van a tomar en respuesta a la matanza, mientras que el portavoz del ejército, Galadima Shekari, anunció que se enviarían más soldados a la zona.
"La situación ahora es de calma y, por la información que yo he recibido, puedo asegurar que el Ejército tiene el control", afirmó Shekari.
La Policía del estado de Plateau ha informado de que 93 personas han sido detenidas en relación con el ataque, la mayoría de ellos de la etnia fulani.
El lunes, 416 personas fueron enterradas en una fosa común en Dogo Nahawa y Zot, según informó el periódico local Punch, al que asistió un grupo de jóvenes de la etnia Berom, que juraron vengar la muerte de los más de 500 cristianos.
Según dijo a los periodistas el presidente del Comité de Rescate y Evacuación, Salomon Zang, que asistió al entierro, el número de víctimas podrías ascender a 600, puesto que todavía se están recogiendo cadáveres en la zona montañosa en la que se encuentran las tres poblaciones afectadas.
HRW pidió investigación
Por su parte, la organización Human Rights Watch (HRW) pidió este martes a Jonathan, a través de un comunicado, que se investigue "inmediata y rigurosamente" la matanza.
"Este tipo de violencia ha dejado miles de muertos en el estado de Plateau en la última década, pero no se ha responsabilizado a nadie", afirma en la nota Corinne Dufka, investigadora de HRW para el África Occidental.
"Las autoridades tiene que proteger a estas comunidades, procesar a los culpables y tratar de solucionar la raíz de los problemas que provocan estos actos violentos", sentencia Dufka.
Líderes de la sociedad civil de Jos afirman que parece que los ataques son una represalia de los anteriores enfrentamientos que se produjeron el pasado mes de enero, cuando más de 326 personas murieron en incidentes violentos cerca de la localidad de Kuru Karama.
Los pastores trashumantes musulmanes y los campesinos cristianos de Jos, que en su mayoría practican una agricultura de subsistencia, mantienen una antigua rivalidad por las fértiles tierras de la región, en la que también han tenido lugar graves disturbios por motivos políticos y religiosos, con numerosas víctimas, en los años 2001, 2004 y 2008.