Una compañía que realiza inversiones por 55 millones de dólares en modernización y ampliación de la capacidad de producción y que ha invertido 92 millones de dólares desde que refinanció su deuda al amparo del régimen de Reestructuración Empresarial (Ley 550), no puede hablar de crisis, aunque sí padece la que se vive en el mercado.
Su presidente, Álvaro Hincapié Vélez , lleva 13 años en la empresa, nueve de ellos en esa posición y se siente orgulloso de lo que hecho, de la mano con los accionistas (Grupo Sura a la cabeza) y de los empleados y operarios. El milagro de su recuperación se explica porque utilizó la Ley 550 para lo que era: para reestructurar y salvar empresas.
¿Cuál es el panorama de Enka y cómo van sus proyectos de modernización?
"Nos estamos enfocando en productos de alta ingeniería, en los cuales tengamos barreras de entrada. Por ejemplo, fabricar lona para llantas no es fácil, porque es un proceso muy homologado y calificado por las seis llanteras que operan en el mundo. Tenemos esa alta ingeniería que les impide entrar a otros actores. Otro ejemplo: coger una botella de pet, que ya es basura y convertirla en fibra textil o en empaques para alimentos, también demanda una altísima ingeniería. Esta planta, que entrará a operar en 2013, será una de las más modernas del mundo".
¿Cuáles son los segmentos de Enka que se pueden
enfocar a la alta ingeniería?
"Las lonas para llantas, los hilos para pesca... Estamos desarrollando un hilo "antifouling", único en el mundo, que no permite que las suciedades del mar se adhieran a la malla y queda como si fuera un hilo de cobre. En estos productos nos tenemos que enfocar. En el sector textil, casi nadie garantiza el teñido en las fibras de nylon, pero nos estamos especializando y garantizando el teñido".
¿El proyecto de reciclaje
de botellas pet es diferente a la fibra que ya producía?
"Es muy diferente... Tenemos hace más de tres años una planta que procesa un millón de botellas por día, que costó 6 millones de dólares y nos permite producir la fibra textil llamada ‘Eko’, totalmente ecológica (que ya usan varios textileros y confeccionistas). Se producen 850 toneladas-mes (9.000 toneladas al año), el 60 por ciento para el mercado local y el 40 por ciento para exportar. La otra planta que estamos instalando es la de ‘botella a botella’. Nos permitirá obtener bonos de C02 (dióxido de carbono) y ofrecer un producto diferenciado y sostenible. Se invierten 29 millones de dólares, tendrá una capacidad de 18.000 toneladas-año y podrá facturar 35 millones de dólares anuales, desde 2013. Convertirá 23.000 toneladas de botellas en 18.000 toneladas de gránulos".
¿Cómo se beneficiarán las personas de bajos recursos que trabajan en el reciclaje?
"Los ingresos para el sector serían de unos 40.000 millones de pesos al año, que provienen de la basura que hoy está contaminando los ríos. Además, tiene un alto impacto ambiental porque una botella de pet toma unos 100 años en degradarse, sin contar el ahorro de energía y el ahorro de C02, que es equivalente a sacar de circulación unos 10.000 carros. Es un producto con alto potencial de crecimiento y con sostenibilidad ambiental".
¿Y la planta de generación de energía? ¿En qué va?
"Estamos haciendo inversiones en los tres proyectos de modernización botella-botella, generación de energía y texturizado por aire (teñido de nylon) por unos 55 millones de dólares (de ellos, 22 millones se invierten en la planta de energía). Entre esta planta y otra generadora de vapor, se utilizarán 220 toneladas por día de un carbón de Amagá (tipo ripio) que, generalmente, no tiene usos industriales. Por eso, se estima que generará un gran desarrollo en las poblaciones del Suroeste cercano que lo producen".
Esta planta, obviamente, le apunta a la competitividad reduciendo costos...
"Hemos estimado el ahorro anual en unos 9.000 millones de pesos y la planta responderá por el 72 por ciento de la energía en la empresa. Ese ahorro se suma a la eliminación de la sobretasa del 20 por ciento que estábamos pagando las grandes empresas en las tarifas de energía y que no pagan otros países con los cuales estamos compitiendo".
Si Enka está haciendo bien la tarea, ¿por qué no se refleja en los balances?
"Enka vendía en 2007, 2008 y antes, unas 120.000 toneladas, en promedio-año. Hoy vendemos entre 52.000 y 55.000 toneladas, al salirnos de algunos negocios que no eran rentables. Estamos invirtiendo en lo que nos va generar crecimiento y rentabilidad... Cuando Enka entró en la Ley 550 (en 2002), tenía deudas por 320.000 millones de pesos, los acreedores capitalizaron unos 226.000 millones, vital para la supervivencia de la compañía. Hoy solo debemos el 6 por ciento (20.261 millones de pesos). Ahora, nos tenemos que dedicar a reinventar la compañía, que significa apagar algunas líneas que no son rentables".
Todo el sector se ha visto afectado por las importaciones de prendas y textiles...
"El sector está muy golpeado, porque las importaciones de prendas crecieron un 27 por ciento hasta mitad de año, cuando las importaciones de telas solo crecen un 2,5 por ciento y las importaciones de fibras han bajado un 44 por ciento. Eso indica una desindustrialización muy grande. Las importaciones de prendas están afectando a los tejedores. En general, nos estamos enfocando en el mercado norteamericano, para aprovechar el TLC. Buscar primero qué demanda y qué quiere y responder adecuadamente".
¿Cómo ha sido su experiencia personal en la empresa?
"Estoy en Enka hace 13 años y llevo nueve en la presidencia. Ha sido muy enriquecedor. La gente es una de las cosas más lindas que he encontrado, porque es lo que ha permitido hacer un cambio de estos. Estoy muy contento por la oportunidad de haber compartido con esta gente y de aprender muchas cosas, con una fe inquebrantable de sacarla adelante, dentro de un marco de transparencia y de ética, haciendo las cosas al derecho... Estamos convencidos de que la compañía la volteamos".
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