Por primera vez en la historia, Jesucristo resucitó entre flores y silletas.
Ocurrió ayer en la vereda Barro Blanco, del corregimiento Santa Elena, un caserío fresco y con paisajes de pesebre en donde en vez de junto a pesados monumentos con las imágenes de los santos, los feligreses caminaron en medio de silletas.
De igual manera se vivió el Viacrucis, que fue el evento cumbre de la propuesta que se trabajó en el corregimiento, de que la Semana Santa fuera con flores y silletas.
Así, las caídas de Jesús y todo su calvario hacia la cruz fueron representadas con 11 silletas que escenificaban cada uno de esos dolorosos instantes del Señor.
Ayer, la semana culminó con la procesión de Resurrección, una marcha en la que participaron la mayoría de habitantes de Barro Blanco, en cuya parroquia se hizo esta primera versión.
Al son de los tambores tocados por la banda local y los rezos del padre Luis Emilio Flores, de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, los feligreses caminaron con idéntico fervor al que se profesa cuando se cargan pesados monumentos de yeso.
Lo sostuvo Iván Londoño, un viejo silletero que cargó a sus espaldas la silleta estelar de Jesús en la cruz.
"Es una cosa muy bonita, digna de mostrar, una tradición que debería extenderse", comentó y opinó a su vez que las silletas hechas con flores no le restan fervor a las ceremonias religiosas.
"Creo que antes el Señor está orgulloso de que acá lo hayamos hecho así".
La fe mueve corazones
¿Inspiran igual o más respeto las silletas que los tradicionales monumentos?
Luz Marina Grisales, residente en la zona, muy sincera respondió que no, "para las silletas tenemos todos los años la Feria de las Flores y deben quedarse en ese evento, es un desfile único y con el que ya ganamos un lugar, no me parece bien mezclarlo con lo religioso".
Una señora que esperaba a la entrada de la iglesia la llegada de la procesión con el Cristo Resucitado -que incluso sí fue sacado en escultura de yeso- opinó en el mismo sentido.
"Por lo religioso me parece mejor seguir con la tradición normal", apuntó la dama, de unos 35 años, y pidió no publicar su nombre.
Pero Gloria Álvarez, de la vereda El Plan del mismo corregimiento, la contradijo. Conceptuó que no le ve nada malo a las silletas.
"Con el Viacrucis demostramos ser cada día mejores silleteros y se siente el mismo fervor, la fe está en el corazón, no se pierde el sentido y hacemos algo llamativo y novedoso", añadió.
Un concepto similar emitió el campesino Juan Carlos Ramírez, para quien no se les pudo haber hecho mejor homenaje a sus paisanos.
"Es otro impulso a los silleteros y se ve muy bonito".
Al paso de todos salió el padre Luis Emilio, quien afirmó que fue algo positivo, una propuesta que se venía trabajando desde Navidad.
"Lo más interesante es que se logró unir más a la comunidad en torno a este valor de los silleteros, bendigo a mi Dios por eso", resaltó.
José Ignacio Rico, gerente administrativo de la Corporación Familia Londoño, impulsores de la iniciativa, resaltó la experiencia.
"Se hizo por primera vez acá con la intención de que se haga extensivo a otros centros de culto. Ha sido todo un éxito, se logró combinar de manera armoniosa dos cosas muy bellas de nuestra tradición, nuestra historia y nuestra cultura, como la Semana Mayor y las flores y las silletas".
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