En el fútbol, un deporte tan impredecible y lleno de sorpresas, el colombiano Radamel Falcao García es una grata realidad del balompié mundial. Los adjetivos de los expertos al referirse al jugador samario no se agotan y Europa al unísono lo califica como la mejor contratación del siglo en la liga española.
Ayer rubricó ese galardón con el título del Atlético de Madrid en la Europa League, antigua Uefa, y con la consecución del "Pichichi" que lo identifica como máximo goleador del torneo, con 12 anotaciones. Los dos tantos conseguidos ayer ante el Atlético de Bilbao, sirvieron para el campeonato, pero sobre todo para poner a Radamel en el camino de los grandes clubes europeos, que ahora lo quieren contratar.
Falcao, el Tigre, no sólo es un gran jugador, sino una persona llena de valores. Su disciplina y dedicación hacen parte de su éxito como futbolista y los logros alcanzados, pese a su juventud, no son producto del azar.
Colombia tiene en Falcao un ejemplo y un símbolo del trabajo en equipo, la honestidad y el juego limpio.
La humildad que se respira en su familia hace parte del ADN del jugador colombiano. En estos momentos de alegría y máxima distinción, Falcao debe mantener los pies sobre la tierra y seguir trabajando duro para consolidar el inmejorable futuro que ya tiene en sus pies.
Gracias, muchacho, por tantas alegrías.
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