La Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA) propuso ayer elevar la gravedad de la última fuga de agua radiactiva en la central de Fukushima del nivel 1 al 3, en lo que supone el peor incidente en la planta desde el estallido de la crisis en 2011.
La NRA estimó en un documento publicado ayer que la emisión radiactiva producto de la filtración de 300 toneladas de agua de un tanque de almacenamiento de la central, así como el control sobre dicha situación, son equivalentes a los estándares del nivel 3 de la Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos (Ines).
La categoría 3 de Ines, que incluye ocho niveles de gravedad (de 0 a 7), se define como un "incidente serio", mientras que la 1 se describe simplemente como una "anomalía, aunque la autoridad nipona afirmó que consultará con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (Oiea) si es apropiado aplicar la escala Ines o no.
Uno de sus comisionados de la NRA, Toyoshi Fuketa, subrayó que el regulador japonés debe tener cuidado para evitar causar malentendidos a la hora de asesorar la fuga de agua. "Esto no quiere decir que el accidente de nivel 7 ha terminado y que se ha producido un incidente de nivel 3. El accidente permanece activo", dijo Fuketa en declaraciones reproducidas por la agencia Kyodo.
La filtración se presentó en uno de los tanques que se usan para almacenar parte del agua empleada como refrigerante para los reactores de la planta, la cual, pese a ser tratada posteriormente para retirar algunos materiales contaminantes, es altamente radiactiva. Antes de Fukushima, solo el desastre en la central de Chernóbil (Ucrania) de 1986 había sido calificado con el séptimo grado, descrito por el Oiea.
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