Son muy diversos los análisis que ha suscitado la jornada del pasado domingo y la lectura que se hace de cómo se recompone el mapa político en Colombia, por eso no hace falta seguir en la misma línea.
Hoy me quiero detener en dos asuntos: uno que analiza con cifras la consolidación de un nuevo liderazgo para seguir al detalle y otro, el vergonzoso papel de la Registraduría y Une.
El primer tema se evidencia en que de ocho representantes a la Cámara en Antioquia que aspiraban a ser reelegidos, cinco fracasaron en el intento, con pérdida de votaciones que van entre el 11,5% y el 65% con respecto de la elección pasada. Todos, con excepción de Germán Reyes del Polo (que aumentó 2 mil votos, pero se quemó) rebajaron sus votaciones.
De los tres que fueron reelegidos, dos de ellos perdieron apoyo popular: uno disminuyó 16,2% y el otro 31,1% su votación y sólo uno de toda la camada de 2006, Augusto Posada, del Partido de la U, aumentó significativamente sus votos en más de 129%, además de obtener el tercer respaldo en Medellín, superado sólo por dos dirigentes que vienen consolidando sus carreras desde la época de J. Emilio Valderrama.
Cuando se está planeando una carrera a futuro, no interesa solamente si se consigue la curul, sino cuál es la tendencia que siguen los votos de elección a elección, eso da una lectura del consentimiento al trabajo por parte de la ciudadanía y la fortaleza que se pueda tener como dirigente.
Aunque es claro que es tan válida la curul de los que mermaron respaldo en esta jornada, como la de Augusto Posada que se duplicó, lo que evidencian estas cifras incontrastables es que hay una nueva figura que logró el activo más valioso para cualquier político: traducir la confianza y la credibilidad en votos.
De otro lado, hay que lamentar la ineptitud en los escrutinios (mucho más con respecto a la consulta conservadora).
La disculpa no es decir que hubo más candidatos que de costumbre, como alega Une; ni que los tarjetones son difíciles de contar, como planteó el Registrador.
Si no tenían capacidad para cumplir con las realidades que hay en una elección de Congreso, consultas internas y Parlamento Andino, pues simplemente Une no habría pujado por el contrato y el Registrador, si ve que le queda grande manejar los tarjetones que ellos mismos diseñaron, entrega el puesto antes.
Pero en el colmo del cinismo el Registrador le echó la culpa a Une de la incompetencia del manejo de información de las elecciones y en Une acusaron a una empresa que los apoyó. Solución sencilla: renuncia del Registrador y no se le da un solo contrato más de estos a Une hasta que no estén a la altura.
P.S.: Qué lástima que Antioquia se pierda de congresistas como Jorge Enrique Vélez, Jaime Restrepo Cuartas, Carlos Mario Montoya, Juan Camilo Restrepo y Carlos Arturo Piedrahíta.
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