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Gilberto sigue preso y el guerrillero libre

ESTE HOMBRE, QUE proclama su inocencia, completa 6 años y 4 meses preso, de una condena a 37 años por la masacre de 80 personas en Bojayá, atribuida a un homónimo, el guerrillero alias "Becerro". Pero el jefe del frente 57 de las Farc está libre y prófugo.

  • Gilberto sigue preso y el guerrillero libre | Archivo | En este afiche de los guerrilleros más buscados aparece alias "Becerro", con la foto de Gilberto Torres. Todo indica que el jefe del frente 57 de las Farc tiene otro nombre y usa el mismo de su homónimo que está preso.
    Gilberto sigue preso y el guerrillero libre | Archivo | En este afiche de los guerrilleros más buscados aparece alias "Becerro", con la foto de Gilberto Torres. Todo indica que el jefe del frente 57 de las Farc tiene otro nombre y usa el mismo de su homónimo que está preso.
06 de abril de 2011
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Cuando el Ejército reportó en octubre de 2010 la muerte del jefe guerrillero, alias "Becerro", Gilberto Torres creyó que saldría rápido de la cárcel. Pero ni aún así consiguió su libertad tras ser condenado por tener el mismo nombre del insurgente. Hoy sigue preso, a pesar de que este jefe de las Farc no murió y está prófugo.

Gilberto, un campesino que el próximo 14 de abril cumplirá 54 años, ya completa 6 años y 4 meses preso. En una celda de la cárcel de máxima seguridad de Cómbita (Boyacá) paga una condena de 37 años que le impuso un juez de Chocó, tras acusarlo de ser Gilberto Torres Muñetón, alias "Becerro", el comandante del frente 57 de las Farc.

El delito por el que fue condenado "no podía ser más atroz", dice su hijo John Alexander: "por tener el mismo nombre que usa ese jefe de las Farc, que parece que no es el verdadero, a mi padre lo condenaron por la masacre de 80 personas en Bojayá (2002)... de semejante barbarie".

En la cárcel de Cómbita, enfermo de diabetes, Torres insiste en su inocencia y espera que la justicia, que lo condenó por error, le devuelva su libertad. Aún preso, le dice a su esposa y sus dos hijos que sueña con recuperar su vida, compartir mucho tiempo con la familia y volver al campo.

Desde la captura de Gilberto, el campesino que fue detenido cuando visitaba a su familia en el barrio Castilla en diciembre de 2004, la familia ha tocado la puerta de los juzgados y la Fiscalía para demostrar su inocencia.

Gilberto y su familia se ilusionaron el 4 de octubre de 2010, cuando el Ejército bombardeo un campamento del frente 57 de las Farc en Chocó, en la región del Darién. Ese día, mientras Gilberto estaba preso en una cárcel, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, informó que Gilberto Torres, alias "Becerro", había muerto junto a cinco guerrilleros más en el ataque.

Se presentó su muerte como un golpe importante, pues se trata del jefe guerrillero que controla el narcotráfico en esa frontera selvática con Panamá. También se le acusa de secuestros en Chocó. Pero luego se descubrió que no murió y que sigue en las filas de las Farc.

Un oficial de la Policía confirmó que alias "Becerro" sobrevivió al ataque al campamento en Chocó y que sigue su búsqueda.

La esperanza del hoy condenado y su familia se basa en los nuevos testimonios y otras pruebas que la familia, su abogado y hasta informes periodísticos recientes han aportado para demostrar que él no es alias "Becerro", el jefe guerrillero que aparece en la lista de terroristas más buscados en Colombia.

"Mi papá está ilusionado con salir libre por fin porque al conocerse su historia varios desmovilizados de las Farc, del frente 36 y el 57, han manifestado que no es el jefe guerrillero que ellos conocieron. Incluso, una exguerrillera dice que fue amante del "Becerro" y que no es quien está detenido", asegura su hijo John Alexander.

Su familia y su defensa insisten en que el día de la masacre de Bojayá, Gilberto, el campesino, estaba en una cita odontológica.

Por culpa de este grave error de la justicia, los familiares han sufrido señalamientos y humillaciones, como lo recuerda Jhon: "Nos tocó abandonar la casa donde vivíamos porque nos tildaron de guerrilleros. A mi madre le tocó trabajar en casas y tuve que vender minutos para sobrevivir".

Ahora esperan que con tanta evidencia, el Tribunal Superior de Quibdó responda a una acción de revisión para conseguir su libertad y el fin de una injusticia.

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