viernes
7 y 9
7 y 9
Colombia ha recuperado el grado de inversión que perdió hace doce años. ¿Qué quiere decir esto? Simplemente que, después de doce años, el mundo ha recobrado completamente la confianza en la capacidad y la fortaleza de la economía colombiana.
Cuando una persona acude a un banco por un préstamo (para comprar una casa, adquirir un vehículo, desarrollar una inversión, etc.), el banco otorga o niega el crédito, y fija la tasa de interés, dependiendo de la confianza que se tenga en la persona.
Si hay mucha confianza, el crédito le es aprobado sin mayores trabas, y la tasa de interés que el banco exige es baja. Si hay moderada confianza, el crédito le es aprobado pero con condiciones (garantías, hipotecas, fiadores), y la tasa de interés que cobra el banco es alta. Si no hay confianza, el crédito es negado.
Ahora bien, la confianza no se determina instintiva o emocionalmente. Se calcula revisando la historia crediticia del personaje y su capacidad de honrar el crédito en el futuro. Es decir, estudiando su reputación a la hora de pagar, su nivel de endeudamiento, su solvencia económica y su capacidad para generar ingresos a futuro que sean suficientes para honrar todos los intereses y créditos que arrastra. Lo mismo sucede con los gobiernos y los países que necesitan crédito del resto del mundo. En efecto, los mercados financieros internacionales no son pendejos y, antes de soltar una sola moneda, revisan el nivel de confianza que les genera la economía del país que acude por recursos.
Ese nivel de confianza depende de la reputación del país a la hora de honrar su deuda pública, del nivel de endeudamiento del gobierno, de la fortaleza de su moneda, de la capacidad de la economía para crecer y generar los ingresos suficientes para cumplir con las condiciones del crédito, entre muchas otras cosas.
Por supuesto, entre mayor sea el nivel de confianza en un país, más fácil y barato será para su economía y gobierno acceder a la financiación internacional. Cuando el nivel de confianza es total, se dice que el país tiene "grado de inversión".
Así las cosas, el que la economía colombiana y su deuda pública hayan recuperado el grado de inversión, es muy buena noticia para nuestro país. Veamos por qué.
De ahora en adelante los recursos del resto del mundo fluirán con más agilidad hacia Colombia y los inversionistas internacionales exigirán menores tasas de interés. Debido a la mayor confianza, llegará también más inversión privada y generadora de empleo al país. Adicionalmente, se abrirán más puertas a la hora de negociar acuerdos de libre comercio con otros países. Además, esto da un gran impulso a la aprobación final del TLC con Estados Unidos en el Congreso de ese país. Al final del día todo ello se traducirá en más puestos de trabajo, crecimiento económico y prosperidad para los colombianos.
Este logro es el resultado, en primer lugar, de la recuperación de la seguridad y el debilitamiento del narcoterrorismo por parte del Presidente Uribe desde 2002. Sin seguridad no puede haber confianza en una economía. Sin embargo, es también el resultado de una política económica seria y exitosa liderada por el mismo Uribe, pero implementada por sus ministros de Hacienda Roberto Junguito, Alberto Carrasquilla y Óscar Iván Zuluaga.
Y, finalmente, es resultado de la confianza que el Ministro Echeverri y el Presidente Santos han brindado al resto del mundo en términos de continuar con una economía de mercado, garantizando la iniciativa y la propiedad privada, con total confianza inversionista, y lejos del comunismo del siglo XXI.