"Cuando uno tenía que salir a la calle lo pensaba, el temor era grande, los paras patrullaban todos los días, era un verdadero infierno". Así recuerda Gustavo Muñiz* cómo era hace 10 años Tierralta (Córdoba), un lugar que estaba bajo el mando de los grupos al margen de la ley.
Mucha gente estaba involucrada con las autodefensas, que tenían el control de la zona. La situación era tan difícil que a diario se veían muertos . A eso se suma la desaparición de personas señaladas de colaborar con las Farc.
Según pobladores de la zona, "las autoridades estaban filtradas por los grupos, por eso no creíamos en ellas y no se colaboraba, por temor".
El comercio se vino a pique, la gente guardaba silencio o se tenía que aliar con las Auc, que estaban bajo el mando del hoy extraditado, Salvatore Mancuso. "Recuerdo cuando señalaba a todo lado y decía: ¡no quiero ver a esos!, ¡quiero esa cabeza de ganado! (...) Decisiones que tenían que cumplirse o venían muertes", evoca Muñiz.
Este hombre de tez morena relata que todo cambió desde el momento en que el ex jefe paramilitar abandonó la región. "Lo de los paras quedó en la historia, llegaron las autoridades, la Policía y el Ejército, y todo cambió para Tierralta", dice.
Hoy Muñiz es uno de los comerciantes de Tierralta que añora estar al frente del presidente Álvaro Uribe para agradecerle por su política de seguridad democrática, "eso cambió esto".
Las autoridades
No sólo los tierraltense o tierralteros, como también se les conoce, recuerdan esa época de terror que sembraron las autodefensas. Fernando Madrid, concejal, dice que allí sólo existía un dueño. "Era un régimen en el que solamente mandaban ellos, tenían el poder, se hacía lo que querían y el que se oponía perdía la vida".
Sostiene que hoy es diferente. "Tenemos cinco meses de cambio, de ver la vida con otro sentido. Hay un ambiente de paz y libertad. Antes los grupos al margen de la ley eran los encargados de dirigir el pueblo, ahora no".
Lo mismo piensa Germán Dávila, secretario de Gobierno de Tierralta, quién tras ocho meses en el cargo observa cambios. "Al principio de nuestra administración fue un ambiente turbio, tuvimos un alto índice de homicidios, unos 38 en dos meses".
También recuerda cómo era Tierralta bajo el dominio paramilitar. "Córdoba era el departamento madre de las Auc, nuestro municipio era la matriz de esa organización ilegal. Antes era duro. Todos los días había homicidios, asesinatos selectivos y masacres".
Sin institucionalidad
El alcalde de Tierralta, Aníbal Antonio Ortiz Naranjo, sostiene que 10 años atrás no había institucionalidad. "Aquí mataban, masacraban, le robaban las tierras a los campesinos. Primero vino la guerrilla, después los paras y nos atomizaron en el miedo".
Agrega que hay que dejar en la historia los grupos que producían temor: los bloques Córdoba, Sinú, y San Jorge.
Para el Alcalde, Tierralta empezó a cambiar hace seis meses. "Hay seguridad, tanto en lo urbano como en lo rural. Hay que atacar el caldo de cultivo de la pobreza y la violencia y lograr la convivencia".
Pero en Córdoba quedan residuos del paramilitarismo y allí actúan dos bandas: la de Los paisas y la de alias "Don Mario".
Para el coronel Óscar Atehortúa Duque, comandante de la Policía de Córdoba, los grupos ilegales siempre han tenido intereses en ese departamento porque es ruta preferida por los narcotraficantes.
El oficial sostiene que trabajan para contrarrestar este fenómeno y han comenzado por la erradicación de cultivos ilícitos. "En la medida en que se ha trabajado mancomunadamente, la Fuerza Pública ha tenido un avance significativo en la lucha contra los grupos ilegales".
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
