Hacinados en una pequeña embarcación, 35 ciudadanos africanos y 15 indios que pretendían llegar a las costas de Nicaragua y de ahí a Estados Unidos, fueron detenidos ayer por la guardia costera frente a Barranquilla.
Cuatro colombianos (tres sanandresanos y uno oriundo de Marialabaja, Bolívar), fueron sindicados de hacer parte de una red que promueve el tráfico de personas.
Los colombianos "serán judicializados por el delito de tráfico de emigrantes, mientras que los extranjeros serán deportados o expulsados del país, según las investigaciones que se realicen", reveló el director del DAS seccional Atlántico, Édgar Durán.
Según se informó, los 50 inmigrantes ilegales se encontraban desde hacía una semana en Las Flores, barrios de pescadores a orillas del Río Magdalena y del Mar Caribe, esperando un contacto que los llevaría tras el sueño americano, anhelo que comenzó meses atrás, cuando salieron de África y Asia con rumbo a Brasil y luego por tierra a Perú y Ecuador.
El pequeño barco tenía capacidad para 5 personas, y en él habían acomodado a la totalidad de los polizones, 50, más los 4 colombianos y los víveres que usarían en el viaje, además de 60 canecas de combustible.
"Era una travesía de 500 millas náuticas, es decir, que demorarían hasta seis días en altamar", manifestó el comandante de Guardacostas del Caribe, capitán de fragata Orlando Grisales.
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