El Parlamento georgiano declaró este jueves a las separatistas Abjasia y Osetia del Sur como "territorios ocupados" y pidió al Gobierno romper las relaciones diplomáticas con Rusia, que mientras tanto busca apoyos en la comunidad postsoviética.
La resolución de siete puntos, aprobada por unanimidad en una sesión extraordinaria vespertina del Legislativo georgiano, tacha de "ocupantes" a todas las tropas rusas que se encuentran en Georgia, "incluidas las denominadas fuerzas de paz".
El documento pide al Gobierno cancelar todos los acuerdos que permitieron la presencia de fuerzas de paz rusas en Georgia y declara "ilegales" a todas las formaciones armadas no previstas por la Constitución, en alusión a las tropas abjasas y surosetas.
La Cámara propone al Gobierno romper las relaciones con Moscú, que sorprendió al mundo al reconocer la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, aunque pide mantener consulados en Rusia para atender a los casi un millón de georgianos que viven en ese país.
Además, el Parlamento subraya que Georgia sigue fiel al plan de arreglo del conflicto bélico con Rusia por Osetia del Sur que fue promovido por la Presidencia francesa de la Unión Europea (UE).
Por último, los diputados exigen incoar procesos penales a los líderes de ambas regiones separatistas y declaran que las tropas abjasas y surosetas, apoyadas por el Ejército ruso, cometieron "limpieza étnica" al ocupar los sectores georgianos de Abjasia y Osetia y desalojar de allí a sus habitantes.
Tras la intervención militar rusa en el país caucásico para proteger de las tropas georgianas a Osetia del Sur, Georgia ya abandonó la postsoviética Comunidad de Estados Independientes (CEI) y redujo su embajada en Moscú a un mínimo de solo dos diplomáticos.
Putin cuestiona ingreso de ayuda
Por su parte, Rusia en medio de tensiones con Occidente volvió a denunciar la creciente actividad de las fuerzas navales de la Otan y de E.U. en el mar Negro, donde se encuentran diez buques de guerra y se esperan otros ocho para ejercicios navales y con el fin de entregar ayuda humanitaria a Georgia.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, afirmó sin ambages que los navíos norteamericanos transportan en secreto armas a Georgia, y también el primer ministro, Vladímir Putin, se preguntó porqué la ayuda humanitaria es transportada en buques de guerra.
Rusia tensó también los músculos y ubicó frente a la costa abjasa diez barcos, incluido el buque insignia de la Flota del mar Negro, el crucero Moskva, que atracó en el muelle de Sujumi, la capital de Abjasia que, a su vez, se ofreció para acoger una base naval rusa.
Mientras, el Kremlin intentó recabar apoyos entre sus aliados en una cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), integrada por China, Rusia, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán.
Pero la OCS, pese a las presiones del presidente ruso, aprobó una declaración ambigua que apoya vagamente los esfuerzos de Rusia en el Cáucaso, pero al mismo tiempo recalca su respeto del principio de integridad territorial de los Estados.
Aún así, Medvédev ante las cámaras de televisión agradeció a los países de la OCS su "comprensión y evaluación objetiva de los esfuerzos de paz rusos" en el Cáucaso.
Propuesta de Bielorrusia
El jefe del Kremlin recibió también el respaldo de su aliado más fiel, el líder bielorruso, Alexandr Lukashenko, quien justificó el reconocimiento de los entes separatistas y propuso apoyar este paso en el seno de la alianza militar postsoviética liderada por Moscú.
El presidente bielorruso declaró que "Rusia no tenía otra opción moral que apoyar la petición de los pueblos de Osetia del Sur y Abjasia de reconocer su derecho a la autodeterminación, conforme a las normas básicas internacionales".
Lukashenko, considerado por E.U. "el último dictador de Europa" y cuyo país depende económicamente de Rusia, propuso apoyar el paso de Moscú en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), alianza político-militar que agrupa a siete Estados ex soviéticos.
Según Lukashenko, en la reunión del Consejo de la OTSC, que se celebrará la próxima semana, "hay que adoptar una postura consolidada de los Estados miembros de la organización", integrada por Rusia y otros seis países más cercanos a ella: Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán.
El bielorruso es casi el único líder de la CEI que apoyó la incursión del Ejército ruso en Georgia, aunque la prensa rusa afirma que lo hizo tras insistentes presiones de la Embajada rusa en Minsk.
Tras las declaraciones de Lukashenko, el embajador bielorruso en Moscú, Vasili Dólgolev, declaró que Bielorrusia puede "reconocer" en breve la independencia de ambas regiones georgianas.