Los espías aún existen, pero tras el fin de la Guerra Fría están perdiendo frente a la diplomacia que logró, en tiempo récord, que Washington y Moscú pusieran fin a un escándalo originado por actividades de inteligencia.
El intercambio de espías es una obra maestra de la diplomacia de ambos países por la rapidez como se pactó el canje y los respectivos indultos de 10 espías rusos y cuatro de Estados Unidos con el argumento de no torpedear las "buenas relaciones bilaterales" que han proclamado el presidente de E.U., Barack Obama, y su colega ruso, Dmitri Medvédev.
En el canje, sin precedentes desde el fin de la Guerra Fría, primaron razones comerciales, cuestiones centrales de seguridad como el histórico tratado de desarme START y la coordinación en la lucha contra el terrorismo.
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