Las 1.714 personas atendidas en Policlínica por accidentes de tránsito durante el primer semestre consolidan una tendencia que, de no ser revertida, obligará a la sección de ortopedia del San Vicente Fundación a mantenerse firme en la misión eterna que promete su nombre.
El Perpetuo Socorro es un pabellón que como los demás del hospital debe su nombre a una figura religiosa, pero debido al alto número de motociclistas accidentados que atiende se confunde con un amargo vaticinio para una ciudad que cada día aumenta el número de motocicletas en circulación.
"La relación de los accidentes es directamente proporcional a la cantidad de motos", afirma Jorge López Valencia, jefe de ortopedia del San Vicente, para quien el auge del motociclismo les ha permitido ver "de todo".
Amputaciones, pacientes desfigurados, parapléjicos o con graves secuelas neurológicas son frecuentes. Tanto que López Valencia calcula que cerca de un cuarto de las camas del centro médico más importante del departamento están siendo ocupadas por motociclistas.
En promedio, el hospital está atendiendo cerca de diez urgencias médicas diarias con motivo de los accidentes de tránsito. En la mayoría de estos accidentes está involucrada, por lo menos, una moto.
"Es tanto el trauma que no podemos hacer muchas cosas más", asegura. Hasta nueve de cada diez personas que acuden a sus especialistas lo hacen por haber sufrido un accidente sobre dos ruedas.
En cuanto a la atención en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), el asunto no mejora. Para Diego Duque Ossa, coordinador de la Policlínica y las UCI del San Vicente, el motociclismo se ha convertido en un "problema de salud pública" que aporta el mayor número de pacientes con las peores complicaciones.
"Estos pacientes sufren muchos traumatismos con pérdidas sanguíneas importantes, que requieren reposiciones agudas", asegura este especialista que ve agravada la situación por tener una red de urgencias municipal disfuncional y colapsada.
Esta alta demanda de sangre también la ha detectado la Cruz Roja. Los accidentes de tránsito comparten el primer lugar junto a los heridos por arma blanca o de fuego, dentro del escalón de las emergencias que más hemocomponentes requieren.
Juan Camilo Olarte, coordinador de salud de la seccional departamental, explica que esta demanda está contribuyendo a la escasez del líquido vital.
"El impacto que tienen los accidentes de tránsito es alto", comparte José Valencia, capitán del Cuerpo de Bomberos de Medellín, "siendo un 70 u 80 por ciento de los accidentes de la parte de atención de bomberos. De este porcentaje por ahí un 80 por ciento son accidentes donde se encuentra involucrada por lo menos una moto".
La alerta la emite también Carlos Alberto Velásquez, director de seguridad y ambiente de Sura, ARP. "A unos diez años el impacto va a ser alto", calcula Velásquez en cuanto a la fuerza laboral.
"Las personas van a sufrir las consecuencias de ese accidente. Van a empezar a sentir la merma y eso va a impactar inclusive parte de la productividad de las empresas", pronostica.
Para frenar la alta accidentaliad, propone una fuerte acción desde el sector público: "Me parece que el Estado tiene que tomar un papel más protagónico y empezar a atacar las diferentes variables que inciden en la accidentalidad vial. Desde el mejoramiento de las vías hasta establecer estrategias y políticas claras".
A propósito, este diario buscó un manual oficial para motociclistas pero ni el Ministerio de Transporte, ni el Fondo de Prevención Vial pudieron suministrarlo.
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