Sebastián corrió hacia el carro, subió y dijo "quiero que me lleven a la casa", mientras acomodaba su pequeño cuerpo en el asiento.
De la mano de su madre, que también lleva en sus brazos a su hermanita de 1o meses, llegó Sebastián desde el barrio Santa Rita muy de mañana a la esquina del semáforo de la Avenida Nutibara con la calle 41.
Allí un grupo de mujeres, todas familiares entre sí, abuelas, hijas, primas y sobrinas, esperaban el paso de los carros para pedir una moneda.
Mientras Yudis carga a Sofía, Mary Luz, la abuela, toma de la mano al niño para conmover a los conductores que esperan el cambio del semáforo. Esta es una situación que se repite miles de veces en la ciudad.
"Es primera vez que vengo", decía Yudis, "pero es que estamos en diciembre y a los niños les dan muchas cositas".
Ella vendía limones pero se quedó sin capital para comprar la tula y esta vez, asegura, trajo los niños para ver si así consigue el plante.
Lo que ella no sabía es que la Alcaldía de Medellín, a través de la Secretaría de Bienestar Social, inició el programa de cero niños en la calle desde el mes de agosto y entraron en funcionamiento las unidades móviles en octubre.
La propuesta cuenta con cuatro unidades móviles debidamente identificadas con el lema: Lo que es con los niños y niñas de la calle es con todos, realiza todos los días recorridos pedagógicos que buscan desestimular que los niños y las niñas sean utilizados para la mendicidad, el trabajo en la calle, las ventas de droga y facilita la institucionalización de los menores de edad, explica el secretario de Bienestar Social, Rubén Darío Restrepo y agrega que la meta es 0 niños y niñas en la calle.
Desde el 15 de agosto hasta el 30 de noviembre se han atendido 738 niños y niñas de los cuales se han sensibilizado 577, remitido a Comisarías de Familia 161 e institucionalizado 80 en hogares sustitutos, centros zonales, fundaciones u hogares de paso.
Un programa integral
Este proyecto está integrado con los programas de Buen Comienzo y Medellín Solidaria, que busca mejorar la calidad de vida de la población infantil y de las familias más pobres de la ciudad.
En Medellín, de acuerdo con el Plan de Desarrollo se calcula que hay 4.000 niños y niñas en situación de calle o en riesgo de estarlo.
"La mayoría de los factores de riesgo están relacionados con la familia, por esta razón se busca fortalecerla para reducir el riesgo de expulsión de los niños de sus hogares", aclara el funcionario y advierte que para ello Medellín Solidaria interviene 46 factores de fortalecimiento.
El personal de las unidades móviles está integrado por trabajadora social, educadora, una patrullera de la Policía de Infancia y Adolescencia y el conductor.
Ellos abordan a los niños y niñas, las madres de ellos cuando están en su compañía y les explican las razones por las cuales no pueden tenerlos en actividades de mendicidad o de trabajo en la calle. Luego son trasladados a un centro de protección donde se les hace una intervención pedagógica, para luego llevarlos a sus hogares. "Cuando la situación es reiterativa esto pasa a manos del Defensor de Familia", explica la coordinadora del programa Mary Luz Bermúdez Espinoza.
En este proceso, que también cuenta con la línea 106 para denunciar cualquier caso de vulneración de derechos contra la niñez y en la que se reciben 200 llamadas en promedio, se han atendido 10 casos de abuso sexual.
"El programa también permite identificar problemas de nutrición en los niños y ha permitido reducir la presencia de niños en la calle", cuenta la coordinadora.
Y así lo corrobora Blanca Correa, una madre de tres hijos que vive en Niquitao en una pieza. "No volví a traer a la niña más pequeña. Ayer (el miércoles) vino un carro repartiendo regalos, pero como no la traje no le dieron", decía la mujer mientras las otras aseguran que cuando están con ellos les dan más plata.
Pero Sebastián estaba feliz cuando le dijeron a él y a su mamá que debía subir a la camioneta y que en ella regresarían a casa.
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