Los trabajadores de la rama judicial se congregaron ayer en La Alpujarra para rendir, con pañuelos y papel picado blancos, un homenaje a su compañero Diego Fernando Escobar Múnera, juez penal octavo del Circuito de Medellín, asesinado el jueves.
"Estamos expresando nuestro dolor pero, a la vez, demandando de la ciudadanía y de las autoridades seguridad para los jueces", manifestó Luis Otálvaro, presidente seccional de Asonal Judicial.
"La justicia es símbolo de civilidad, con su destrucción viene la barbarie... No se puede, bajo ninguna circunstancia, amenazar un juez".
Según el Consejo Superior de la Judicatura (CSJ), en los últimos tres años en el país, han sido asesinados cuatro jueces y, en los últimos cuatro, por lo menos, han sido amenazados 600 solo de la especialidad penal, sin contar los orientados a los temas civiles y laborales.
Francisco Escobar Henríquez, presidente de la CSJ, resaltó esas cualidades personales y laborales de Escobar Múnera, que demostró durante 20 años de labor.
Ante este hecho y otros ocurridos en otras ciudades, la Policía Nacional informó que 1.576 efectivos tienen funciones de seguridad ligados a funcionarios judiciales. Las exequias de Escobar se cumplieron ayer en la tarde.
Duván Rodríguez Holguín, el capturado por el asesinato del juez, aceptó ayer todos los cargos en la audiencia y pidió perdón a Dios y a la familia. Las autoridades presumen que no actuó solo.
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